Itinerario, paso a paso:

Situamos el inicio de esta ruta en el Port de Sóller, el único refugio seguro de la costa de Tramuntana para los días de temporal, lugar desde el cual se pueden realizar numerosas excursiones tanto a pie como en barca, hacia Sa Calobra o hacia Valldemossa. En el puerto, al que se puede llegar desde Sóller en el único tranvía que funciona en Mallorca, hay una buena oferta de alojamientos, comercios, restaurantes, oficinas bancarias, farmacia ... Nos dirigimos al aparcamiento del Port de Sóller que encontraremos antes de llegar al núcleo de población. Queda a la izquierda de la carretera, junto a la plaça de sa Torre, donde existe una parada del víejo tranvía. Desde el aparcamiento (390 47' 20.83"N /20 41' 41.19"E) sale un camino peatonal que desemboca en el Passeig de sa Platja. Situados en primera línea de mar, continuamos hacia la izquierda, en dirección a la playa d'en Repic, cruzamos el torrent Majar -en el que es habitual encontrar diferentes tipos de aves-y al llegar a la altura del edificio Delta y el restaurante Es Canyís, giramos por la calle de la izquierda. Dos giros más -otro a izquierda y uno a la derecha- nos dejan en el Camí del Camp de sa Mar que nos llevará hasta el hotel Rocamar, una abandonada y lúgubre instalación hotelera donde encontraremos la vía de acceso a Muleta. Antes de llegar a este olvidado establecimiento, nuestro camino deja a la derecha el restaurante Campo-Sol y la pista que conduce hasta el agroturismo Muleta de Ca s'Hereu, que conoceremos más adelante. Cuando el Camí del Camp de sa Mar se sitúa a la altura del hotel Rocamar, debemos torcer a la derecha, por el acceso que lleva al viejo hotel. Pronto encontramos un panel informativo de la Ruta de Pedra en Sec correspondiente al tramo Refugi de Muleta-Biniaraix. Al llegar al GR 221 (sendero de unos noventa kilómetros de recorrido que transcurre desde Andratx hasta Pollença), giramos a la derecha en dirección Deia-Muleta. Ascendemos por un precioso camino empedrado, uno de los muchos que se encuentran en la Val! deIs tarongers.

Torre Picada

Pasados unos tres minutos franqueamos una primera barrerita de madera. Si desviamos la vista hacia la derecha podremos distinguir, en lo alto de la colina, la Torre Picada, dominando un acantilado de unos 160 metros. Esta construcción, en buen estado de conservación, está considerada como la torre más grande de Mallorca. Fue levantada en 1622 para combatir los temidos ataques piratas. Proseguimos. El camino dibuja algunos serpenteos y avanza por una zona de espeso pinar. El piso presenta un estado de conservación notable aunque en algunos tramos los muros de contención se han venido abajo a causa de lluvias recientes.

La garriga nos brinda colores y olores de romero, arrayán, aliaga y orquídeas. Cruzamos una barrera metálica y continuamos recto, en ligero ascenso, entre algarrobos, pinos, encinas y, sobre todo, olivos. El oleoturismo está al alza y no son pocos los itinerarios que en los últimos años se promocionan con este fin, el de descubrir las posibilidades del olivo, la almazara, los molinos y, por descontado, el aceite de Mallorca, como el de la finca de Cas Avinyons, que tiene como protagonista especial al olivo des Camell, conocido por sus extraordinarias formas, una obra de arte milenaria.

Agroturismo de la Muleta de Ca s'Hereu

Poco a poco se nos van abriendo nuevas vistas sobre el Port de Sóller, entrante natural con forma casi perfecta de concha. Superamos una nueva barrera y entramos en una zona señalizada de caza mayor. Unos siete minutos después llegamos a Muleta de Ca S'Hereu, hoy reconvertida en agroturismo. Cabe recordar que si bien el camino por el que avanzamos es público, los terrenos en los que se encuentran los olivos -estén cerrados o no- son privados, por lo que seremos respetuosos con la propiedad y no dejaremos rastro de nuestro paso por estos lugares. Las tierras de Muleta fueron otorgadas por el rey En Jaume al vizconde de Bearn en el siglo XIII, después de la Conquesta. Hoy se diferencian Muleta Gran, Muleta de Ca s'Hereu y Muleta de Cas Avinyons. En la actualidad, como en las últimas centurias, se dedican al cultivo de olivar y, desde tiempos recientes, al turismo. En las habitaciones de sus casas se puede descansar en dependencias amuebladas según la costumbre de los siglos XVIII y XlX, aunque con el lujo del siglo XXl.

La cueva del 'Myotragus'

La finca de Muleta también es conocida por la llamada Cova de Muleta, de escaso valor espeleológico, pero de gran interés paleontológico, al constituir uno de los mejores yacimientos de Myotragus balearicus. La cavidad fue excavada en 1962 por William Waldren y Guillem Roselló-Bordoy y en su nivel más bajo se localizaron dos mil huesos de Myotragus. También aparecieron pequeños fósiles de musarañas, lirón común y ferreret, un pequeño sapo supuestamente extinto que en 1980 fue redescubierto en algunos rincones de la Serra.

La cueva queda alejada de esta ruta, al encontrarse entre Es Gall y Sa Falconera, cerca de Es Bens d'Avall. Hayamos tomado o no un zumo de naranja o un pa amb oli de los que sirven en Ca S'Hereu, la ruta continúa y poco a poco se va abriendo al valle de Muleta. Tras una bajada corta y un ligero giro a la derecha, el camino cruza otra barrera metálica y una torrentera. De nuevo aparece el empedrado. Los hitos nos ayudan a no desorientarnos. Franqueada otra barrera, el sendero enlaza con una pista que nos deja a pocos metros de las casas de Muleta Gran, a la izquierda, reconocibles por su impresionante torre de defensa. Las casas, ya documentadas en el año 1586, presentan hoy un aspecto humilde y parecen medio abandonadas. Nos encontramos a poco más de treinta minutos del refugio de Muleta, nuestro próximo destino.

Dos carteles nos recuerdan que en esta finca hay ganado pastando y que los perros, si se llevan, deben ir atados y en todo momento estar trolados. Situados en una bifurcación, torcemos a la derecha, ya que camino de la izquierda nos llevaría al collado Can Bleda (km. 56,700 de la carretera Ma-10) la capella de Castelló y de ahí a Deia por el de Castelló, ya descrito en otro fascículo. Nuestro camino gira a la derecha y asciende suavemente hacia el norte para ir estrechándose a medida que avanzamos, hasta convertirse en sendero. Por un lomo rocoso iremos descendiendo y podremos disfrutar del horizonte perfilado por las cordilleras que cierran el valle de Sóller: Puig de Balitx, la montaña de Montcaire, Puig de Sa Bassa, Puig Majar, la sierra de Son torrella, L'Ofre y Es Cornadors. Dejamos un chalé a nuestra derecha y vamos ganando vistas sobre el mar, justo delante.

Far des Cap Gros

Pronto divisamos el Far des Cap Gros, tras una cima rocosa. El camino llega al lecho de una vaguada y pasa junto a un horno de cal. En el mismo sentido de la marcha ganamos un pequeño llano con bellas vistas. Detrás de nosotros está la cresta de Alfabia y la Mola de Es Teix. Una desviación a la derecha desemboca en pocos segundos en el refugio de Muleta, que ocupa una antigua instalación telegráfica que funcionó entre los años 1912 y 1944. El refugio, propiedad del ayuntamiento de Sóller y adscrito a la Red de Refugios del Consell de Mallorca, dispone de treinta plazas y está abierto todo el año. Su terraza nos muestra la espectacularidad de los acantilados marinos y las grandiosas panorámicas. A pocos metros del refugio se levanta el faro del Cap Gros. Este faro (1842) alcanza un radio de acción de 24 millas y nos regala nuevas y bellas vistas sobre el puerto, donde reconoceremos otro faro, el de sa Punta de Sa Creu. Por la carretera del faro llegaremos a la playa de'n Repic, que conocimos al principio

del itinerario, después de recorrer unos tres kilómetros. Mientras bajamos por el asfalto localizaremos, no muy lejos, a la altura del Morro des Xoriguer, una cruz de piedra que recuerda a una de las víctimas de la Guerra Civil. Unas pintadas dificultan leer lo escrito en la piedra. La carretera pasa por la urbanización de Muleta. Una mirada retrospectiva, en el Cap de sa Paret, nos brinda otra imagen distinta del faro, al tiempo que nos descubre el tramo de litoral conocido como el Racó de s'Argentera. Un último esfuerzo nos sitúa en la playa de'n Repic, donde podremos dar por concluida la excursión con un chapuzón, si el tiempo acompaña.

Texto: Gabriel Rodas.