El punto de partida de esta excursión es la plaça de sa Constitució, en el centro de Sóller. En uno de sus extremos tomamos la calle Bauçà y, posteriormente, la de la Rectoria. Al final de ésta, a la derecha, nace la Gran Vía, una de las principales arterias del pueblo. No obstante, seguimos por Quadrado y Capità Angelats, hasta llegar a la carretera que une Sóller con el Port de Sóller. Nos dirigimos a la gasolinera, en el punto kilométrico 30,6. Frente a la gasolinera, al otro lado de la carretera, parte un camino asfaltado señalizado como Camí des Rost, que es el que debemos tomar. Un monolito levantado en conmemoración de la reforma del camino, en el verano de 1989, nos indica el inicio de esta ruta excursionista que finalizará en Deià tras recorrer 7,933 kilómetros. En este punto un cartel azul también indica el nombre de Camí de sa Costa den Llorenç. En los primeros pasos observamos algunas casas –a la derecha, Villa Orleans–, un safareig y huertos de naranjos. Pasada la primera curva, a la derecha, llegamos a una bifurcación de caminos, frente a la casa de Ferreria Calafell. A la izquierda tenemos el camí de Rocafort, otro sendero empedrado que, al igual que los de Mont-reals y Castelló, puede presumir de ser de los mejor elaborados de toda la Serra de Tramuntana.

MAGNÍFICO EMPEDRADO

Nosotros seguimos por el des Rost, que en unas dos horas y treinta minutos nos dejará en Deià. Un minuto después, todavía por asfalto, dejamos a la derecha el Camí de Batistet y un poco después, también a la derecha, el Camí de Son Coll. Una vez desaparece el asfalto, caminaremos por tierra unos metros y prestaremos mucha atención, pues deberemos coger un camino que sale a la derecha de la pista, señalizado como Camí des Rost. Cruzamos el torrente de los Cinc Ponts o des Mont-reals. Pronto el camino se muestra con un empedrado excelente, con escalones y delimitado por paredes. Una mirada retrospectiva nos ofrece una bonita vista sobre la vall de Sóller. Evitamos la vía del tren de Sóller pasando por encima de uno de sus túneles y tras una breve pero acusada subida llegamos a otra bifurcación de caminos. El camí des Rost continúa recto, pero nosotros nos desviamos a la izquierda, por el denominado camí des Mont-reals. Este nuevo camino, también empedrado, sigue subiendo y cruza de nuevo la vía del tren. Conviene ir con cuidado al cruzar las vías, al tratarse de un tramo situado entre dos túneles. Al otro lado de los raíles, el camino sigue subiendo, hacia la izquierda. Pasamos por al lado de las casas de Mont-reals y cruzamos un camino de carro. Un poco más adelante cruzamos otro camino de carro. Cinco minutos después, superamos una nueva barrera y nuestro camino enlaza con el Camí de Castelló, junto a las cases de Can Jeroni Gros y Can Ques. El camino describe una curva a la izquierda pero giramos a la derecha, donde hay una barrera metálica. En silencio, avanzamos entre las dos casas, hasta encontrar otra barrera que nos deja junto a una pila de agua. Si andamos unos metros gozaremos de una bonita vista sobre Can Jeroni Gros. El camino sigue subiendo y desemboca en uno de carro (el mismo que hemos dejado a la altura de la entrada a Can Jeroni Gros y Can Ques), junto a una casita. Giramos a la derecha, enseguida dejamos a un lado un safareig y ponemos rumbo a Cas Xorc. En unos minutos aparece el asfalto, a la altura de una casa denominada Es Guix. Metros después, vemos a la derecha Ca’s Xorc, un exclusivo hotel con precios por habitación que van desde los 195 a los 315 euros por noche. A la salida de Ca’s Xorc hay que prestar atención, pues se halla un importante cruce de caminos. A la derecha se encuentra uno de los descensos más conocidos hacia Sóller, el camí des Rost, que ya conocemos al haber recorrido al principio uno de sus tramos. Nuestro itinerario continúa hacia la izquierda, por el Camí de Castelló.

 

EL ORATORIO DE CASTELLÓ

En siete minutos llegamos a las cases de Can Carabasseta –quedan a nuestra izquierda–, con un alzado de dos plantas y un bello portal exterior semicircular, y al oratorio de Castelló, en un estado de conservación pésimo, casi irreparable. Este pequeño templo data del siglo XVII y su finalidad era acoger a los fieles dispersos por los distintos predios de los alrededores. Caminando sobre el empedrado agradecemos los trabajos de recuperación de los alumnos de la Escola de Margers, que con métodos tradicionales han restaurado esta vía que históricamente ha padecido los efectos de lluvias torrenciales. El camino sigue por la izquierda del oratorio y nos conduce hasta las casas de Can Prohom y Can Mico. La possessió de Can Prohom era una de las más grandes de la alquería de Castelló. Las cases de Can Prohom y de Son Mico constituyen una sola unidad arquitectónica y son de un volumen considerable, con una fachada de tres plantas. A la derecha, está la parte de Son Mico, y a la izquierda, Can Prohom. En su interior se habilitó una habitación destinada a la reina Isabel II, que visitó Sóller en 1863, aunque nunca llegó a utilizarla. A unos doscientos metros de las cases, en dirección a Deià, encontraremos, en un lugar alto y ventoso, una era de batre de grandes dimensiones, con un marge para evitar la pendiente del terreno. La vista panorámica en dirección al noroeste nos presenta, de izquierda a derecha, el puig de Bàlitx, la montaña de Montcaire, el puig de la Bassa, y más a la derecha, la cima del puig Major, el puntiagudo l’Ofre y Es Cornadors. También vemos el alto pino que corona la colina de enfrente, conocido como el Pi de l’Ensaïmada. Antiguamente, era costumbre de la gente de Sóller ir a merendar a la sombra de este pino. Después de tres minutos caminando, una pequeña bajada conocida como es Gravet nos introduce en una zona húmeda y sombría. Divisamos rotlles de sitja y restos de colls de tords. Pasamos por encima de las cases de sa Casa Nova y Can Miquelet y cruzamos un camino asfaltado.

LA FONT DE SES MENTIDES Y LAS ‘CASES’ DE SON COLL

Ya en tierras deianenques se nos presenta la opción de conocer la font de ses Mentides, también llamada font de Son Coll. Queda a la derecha, a menos de un minuto del Camí de Castelló. La font de les Mentides debe su nombre a que la propiedad del agua fue objeto de disputas entre los habitantes de Son Coll y los de Llucalcari. Las discusiones, peleas y numerosos litigios se prolongaron durante siglos. Regresamos al camino y continuamos, con una corta ascensión que nos llevará hasta las cases de Son Coll. El camí de Castelló también es conocido con el nombre de camí de Son Coll, en referencia a este importante llogaret. Se trata de un antiguo casal construido en el siglo XIII, poco después de la Conquesta. Se dice que es una de las tres casas más antiguas de Deià, junto con can Pericó y cal Papa. Ha sido restaurada en varias ocasiones. Actualmente configura un pequeño núcleo de casas de distintos propietarios.

Desde Son Coll iniciamos un descenso, entre bancales de olivos y algarrobos mezclados con pinos y alguna encina. El camino queda delimitado entre paredes, sin posibilidad de ruta alternativa. Más adelante, siguiendo nuestro itinerario, dejaremos a la izquierda un camino en forma de escalera empedrada que asciende hacia unas pequeñas casas de recogedores de aceitunas y de roters. Esta vía alternativa suele ser víctima de desprendimientos. Mirando hacia nuestra derecha disfrutaremos de vistas preciosas de la costa de Llucalcari (el origen de su nombre probablemente es árabe y significa la alquería del bosque), una aldea que reconoceremos por sus palmeras y sus torres defensivas. Más a la izquierda, también se nos presentará una buena panorámica sobre la Pedrissa y los Còdols Blancs, cerca de la cala de Deià. Llegados a la urbanización de Ses Coves de Can Puigserver, giramos a la derecha y bajamos en zig zag. por asfalto, hasta llegar a la carretera Sóller-Deià, en el kilómetro 60,250, al lado de una casa llamada Es Roquissà (queda a la izquierda según nuestra posición de llegada) y muy cerca de las cases de Ca l’Abat, en un lugar conocido como ses Coves. Desde aquí podemos llegar a Deià bien por la carretera, bien a través del camino de sa Pesta (llamado así porque cuenta la tradición que era utilizado para ir a Valldemossa cuando la enfermedad aconsejaba aislar la villa de Deià) y del de sa Vinyeta, señalizados desde la misma carretera y que en un recorrido un poquito más largo, pero también más atractivo, nos conducirá hasta el pueblo de Deià.

Guía de excursionismo de Mallorca, por Gabriel Rodas.