Los dos hombres que fallecieron ayer ahogados en el Torrent de l'Assarell, en Pollença, se vieron sorprendidos por una súbita crecida del caudal en una zona en la que el barranco se estrecha entre dos paredes verticales, por lo que resulta imposible salir por los lados. "Estaban en el peor momento en el peor lugar", resume Sergio Lamas, uno de los miembros del Grupo de Rescate de Montaña (GREIM) de la Guardia Civil que participó en la operación de salvamento.

El guardia Sergio Lamas fue movilizado ayer por la tarde, junto a otro miembro del GREIM y el helicóptero para participar en la misión de auxilio de tres personas en dificultades en el Torrent de l'Assarell. Según manifestó posteriormente la única superviviente, Marina Cuevas, esa mañana cuando iniciaron el descenso habían comprobado que las condiciones no eran malas y resultaba factible.

Los dos hombres, Luis París y Martín Prado, tenían experiencia en este tipo de actividad e iban bien equipados. Durante varias horas descendieron el barranco y parecía que todo iba bien, pero al llegar al final, en el penúltimo salto, se vieron sorprendidos por un brusco aumento del caudal. Se encontraban ya en una zona en la que el torrente se estrecha, encajonado entre dos paredes, por lo que no tenían salida por los laterales.

Antes del último salto los dos hombres se engancharon a una cuerda de seguridad, pero la mujer, que iba detrás de ellos, salió despedida por la fuerza de la corriente y bajó el resalte sin cuerda, para caer en una poza. Logró subir a una roca y desde allí pidió ayuda. Cuando llegó al lugar el helicóptero de la Guardia Civil y la rescató con un cable enganchado a una grúa, la mujer manifestó que sus dos compañeros habían quedado en un lugar un poco por encima, pero tampoco estaba segura de si luego la habían rebasado arrastrados por la corriente.

El equipo de rescatistas inspeccionó la parte superior del torrente sin verles, de manera que tuvieron que descender de nuevo. "Hubo que descartar poza a poza", explica el guardia Lamas, "en unas condiciones muy difíciles porque el caudal todavía era muy elevado".

Finalmente, en un de la pozas les pareció ver algo bajo el agua, aunque tuvieron muchas dificultades para meterse. "Tuvimos que instalar anclajes para entrar por unos laterales". Allí encontraron los cadáveres de los dos fallecidos.

Sergio Lamas explica que el Torrent de l'Assarell no está considerado excesivamente complicado, pero las víctimas tuvieron la desgracia de verse sorprendidos por un súbito aumento del caudal en un punto en el que el barranco se estrecha entre paredes. "Estaban en el peor lugar en el peor momento", resume. "En unas condiciones normales hubieran podido descender sin excesivos problemas, y si el aumento del caudal les llega antes podrían haber salido por los lados".