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Carriles bici sobre aceras: zonas de conflicto

Palma presume de tener más de cien kilómetros de carriles bici, pero una buena parte de ellos se han instalado sobre las aceras, restando espacio a los peatones en lugar de a los coches - En los últimos meses iniciativas como la campaña ‘patinetes y bicis a raya’ tratan de recuperar algunos de estos espacios, como la plaza de España o la calle Blanquerna

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Carriles bici sobre aceras: zonas de conflicto

«No puede ser que en la calle Blanquerna no puedas soltar a un niño de la mano». El comentario de Àngels Fermoselle, vicepresidenta de ARCA e impulsora de la campaña Patinetes y bicis a raya, resume la sensación de inseguridad que muchos ciudadanos de Palma tienen ante buena parte de los carriles bici de la ciudad, que se han instalado sobre aceras y espacios peatonales, restando sitio a los viandantes en lugar de a los coches. Este es uno de los caballos de batalla de la campaña: recuperar estos lugares para las personas que van a pie sin tener que estar pendientes de vehículos que pueden circular a gran velocidad como los patinetes eléctricos, separados únicamente por una línea pintada en el suelo.

Algunos de estos carriles bici situados en zonas peatonales llevan ya muchos años, como el del Paseo Mallorca. Aquí los paseantes han visto reducido su espacio a la mitad para reservar el resto al tráfico de patinetes y bicicletas. No hay más delimitación que una raya de pintura medio borrada. Es la misma situación que se da en la Plaza de España. En 2011 el Partido Popular, que había introducido en campaña la supresión del carril bici de las Avenidas, cumplió su promesa. Devolvió todo el espacio de las Avenidas al tráfico rodado y dibujó un nuevo carril bici que enlazaba la calle Sant Miquel con la plaza del Olivar, atravesando la Plaza de España por la mitad. Se trata de uno de los lugares donde la circulación de patinetes y bicis ha sido más conflictiva. En la peatonalización de la calle Blanquerna se diseñó desde un principio un carril bici, si bien su trazado fue modificado para dejar más espacio para las terrazas de los bares. De nuevo a costa de los peatones.

Carriles bici instalados posteriormente han seguido con esta tónica, como el que va desde la Plaza Abú Yahyá a Pere Garau. El trazado por las calles Rosselló i Cazador y Jaume Balmes discurre íntegramente sobre la acera. En un buen tramo los vecinos han visto que su acera de cinco metros de ancho ha quedado reducida a solo dos metros. El resto es carril bici. Ocurre lo mismo en las calles Salvador Dalí, Joan Ripoll i Trobat y la Avenida Picasso.

Esta situación de asfixia para los peatones se ha agravado con la irrupción de cientos de patinetes, que circulan a una velocidad muy superior a la de las bicicletas, para las que fueron concebidos inicialmente estos carriles. «El de los patinetes es un fenómeno que ha sorprendido a toda la sociedad, no solo a la Policía o a los técnicos que diseñan los carriles bici», comenta Jaume Pla, inspector de la Policía Local jubilado y activista por la seguridad vial. «Los carriles bici se han hecho con una falta de previsión enorme y se han convertido en espacios muy peligrosos. Han querido hacer muchos carriles bici, sin tener en cuenta la seguridad. No basta con pintar una raya en el suelo».

El activista, también miembro de la campaña Patinetes y bicis a raya, considera que «uno de los peores es el de Blanquerna, donde no hay ningún elemento de seguridad que separe los peatones de los patinetes que circulan a 25 kilómetros por hora. Si metes un brazo en el espacio del carril puedes tener un accidente. Y si no hay más siniestros es porque la gente es tan consciente del peligro que va con muchísimo cuidado». E insiste en que hay alternativas claras, como trasladar esta vía a la cercana 31 de Diciembre. Pla critica también otros carriles bici, que están situados junto a las zonas de estacionamiento. «Te obligan a ocupar el espacio del carril bici cuando abres la puerta del coche para bajar o para sacar una sillita de bebé».

«No se puede seguir ganando carriles bici a costa de la seguridad de los peatones», coincide Àngels Fermoselle. «Nuestra propuesta es extender una limitación de 30 kilómetros por hora a todas las calles con dos o más carriles en el mismo sentido, de manera que las bicis y los patinetes puedan circular con seguridad por la calzada. Los carriles bici deberían estar siempre segregados de forma clara, y en aquellos lugares que deban compartir con los peatones, como los pasos de cebra, tendrían que tener la obligación de bajar y cruzar a pie».

Fermoselle considera los casos de Blanquerna y Plaza de España los ejemplos más claros de esta política de arrinconar a los viandantes. «En Blanquerna casi todo el espacio está ocupado por terrazas y carril bici, de manera que te obligan a caminar pegado a la pared. Es dramático que no puedas soltar a un niño de la mano», comenta. «Respecto a la Plaza de España, es verdad que el PP lo instaló para retirar el carril bici de las Avenidas, pero el Pacto de Progreso ha tenido ocho años para arreglarlo, y no han hecho nada. Ahora lo fían todo a integrarlo en el proyecto del tranvía, pero mientras, ya han anunciado que lo van a mantener por el actual trazado. Estas medidas se están tomando siempre a costa de los viandantes».

Francesc Dalmau, concejal de Mobilitat del Ayuntamiento de Palma, admite que hay carriles bici que han quedado desfasados por el enorme auge experimentado por el uso de bicicletas y, sobre todo, de patinetes eléctricos. «Desde la época de Aina Calvo como alcaldesa hemos hecho una apuesta decidida por una movilidad sostenible, y es verdad que en aquella época se planteaba la convivencia entre peatones y ciclistas. Sin embargo, el incremento de patinetes ha distorsionado esta situación, y nos ha obligado a improvisar, aunque nuestra voluntad es la de blindar a los viandantes».

Dalmau insiste en que ahora mismo los que ocupan la mayor parte del espacio son los coches, y el objetivo es reducir su impacto. «Los Vehículos de Movilidad Personal (patinetes) deben estar bien regulados, y su circulación debe estar segregada, separada de los peatones». El concejal recalcó que todos los carriles bici que se han inaugurado esta legislatura están separados de la zona peatonal.

«Es cierto que hay algunos carriles bici antiguos, como el del Paseo Mallorca, que deben ser reformados porque resultan muy invasivos para los peatones», comenta. «Y el de la Plaza de España todos sabemos quién lo instaló».

Respecto al de la calle Blanquerna, considera que la idea de la campaña Patinetes y bicis a raya de trasladarlo a la calle 31 de Diciembre «es una buena propuesta, pero nos gustaría que tuviera un consenso con otros grupos políticos».

¿Y si se traslada a 31 de Diciembre, están dispuestos a sacrificar un carril de circulación en esa calle o la instalarán en la acera? «Estamos convencidos de la necesidad de segregar, el problema es que hay otras muchas prioridades», responde.

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