Cuando el Ayuntamiento de Palma, sin consultar a los vecinos ni tampoco a ARCA, decidió ubicar el mural de la artista Carolina Adán Caro en homenaje a Berta Cáceres en la puerta del Parc de ses Veles, ubicada en su confluencia con la calle Joan Alcover, no solo desconocía el valor patrimonial del elemento arquitectónico que iba a convertir en lienzo, del año 1920, o su valor simbólico en la lucha del vecindario, que concluyó en el año 1999 con la inauguración de la zona verde. También desconocía que a solo 50 metros del lugar donde se ubica la histórica puerta de la antigua fábrica de maderas CIMSA, que fundó Joan March Ordinas, en la calle Pérez Galdós, se ubica otro mural también dedicado a la memoria de la destacada feminista, ambientalista y defensora de los derechos civiles hondureña, asesinada el 3 de marzo de 2016.
Se realizó apenas un mes después de la muerte de Berta Cáceres. Sus autores fueron los artistas Somart y y Enzo o lo que es lo mismo, Marc Peris y Ezequiel Cánovas. En esa ocasión, y con el conocimiento de la asociación de vecinos de la barriada, se utilizó como lienzo para la intervención un muro de ladrillos sin ningún valor patrimonial añadido, la pared que cierra un solar de la calle Pérez Galdós, en la cara norte del Parc de ses Veles. En la ilustración creada, sobre una jungla de tigres, pájaros y mazorcas multicolores, se puede leer la inscripción "Berta Cáceres vive". Y en otro ángulo de la intervención, el lema "Terra, pan, feina y vida", de las mujeres latinoamericanas en lucha.
Cuatro años después de la muerte de Berta Cáceres y de la inauguración del mural en su memoria ,el 4 de noviembre de 2020, el el Moviment Feminista de Mallorca homenajeó en ese lugar a la líder indigenista con una emotiva ofrenda floral. Y un año después, el mural permanece intacto, igual que cuando fue creado, pero ahora coincide casi en el mismo lugar exacto con otro mural dedicado a la misma activista, así como a otras defensoras de los derechos civiles como Rosa Parks, Clara Campoamor, Angela Davis, Malala Yousafzai, Rosa Luxemburgo, Wangari Maathai o Helena Maleno.
Hace unos meses, según el relato de una portavoz de la UIB, las mujeres del Grup de Cooperació de la Universitat de les Illes Balears solicitaron al Ayuntamiento de Palma un espacio "sin determinar" para realizar una intervención artística en homenaje a Berta Cáceres y a un grupo de defensoras de los derechos civiles. Se encargó la obra a la artista Carolina Adán Caro y se organizó con Cort la presentación del memorial para que se celebrara hoy sábado, coincidiendo con el final de las Jornadas de cooperación feminista tituladas Del discurso al acuerpamiento, que empezaron el 30 de septiembre en el salón de actos del edificio Jovellanos, en el campus universitario.
Pero en esta ocasión, la concejalía de Igualdad de Cort escogió como lienzo un elemento patrimonial no catalogado, sin consultar a los vecinos ni tampoco a ARCA. La primera entidad le hubiera podido informar de la redundancia de homenajes a una misma activista en una misma zona de la ciudad, así como del valor simbólico de la puerta para los residentes. La segunda de que los "merecidos homenajes en forma de intervenciones artisticas deben buscar espacio adecuados". Ahora las dos entidades piden la restitución de la puerta sobre en cuyo frontispicio Cort ha colocado bajo el escudo de la ciudad la leyenda: "Desperta't, despera't Humanitat... Ja no queda temps", en honor a Berta Càceres, feminista i ambientalista lenca al cinc anys de la seva sembra. Va ser assassinada a Hondures, el 2 de març de 2016 per haver defensat el seu territori de l'extractivisme. Palma, 2021".