La ruta de Coanegra comienza en Santa Maria del Camí, en la última calle, en dirección a Consell, calle que tuerce a la izquierda, en dirección norte. Se trata de una carretera asfaltada que en sus primeros metros atraviesa las vías del tren y deja a la derecha un vivero. En tres minutos observamos a la izquierda un parque con atracciones infantiles y llegamos a una bifurcación de caminos. Nuestro itinerario sigue recto, por el Camí de Coanegra, señalizado. Continuando por el asfalto se deja a la izquierda, unos siete minutos después, el camí de na Cili. Poco después vemos a lo lejos, a la izquierda, el gran casal de Son Torrella, cuyas tierras ya eran conocidas durante la época musulmana como la alquería Adbach. Las cases de Son Torrella son una de las más representativas de Santa Maria. Presentan una amplia fachada, una torre central y una original clastra.

Después de Son Torrella dejamos a la derecha el Camí d’Alaró y giramos a la izquierda por un camino con una señal que nos indica que no hay salida para los vehículos. Un poco después, a la izquierda, se encuentra el primer acueducto de la acequia de Coanegra, de tres arcadas. Conviene prestar atención si se quiere verla. A la derecha se levantan el puig de Son Gulla y el de Son Guitard, y a la izquierda los estribos de levante de la comuna de Bunyola. Pasamos junto a Son Berenguer, cuyas casas presentan una compleja estructura, y Son Guya, y poco después, una barrera metálica con un paso para senderistas a la izquierda nos deja frente a Son Oliver, donde se acaba el asfalto.

El celleràs

Cuenta la historia que cerca de Son Oliver, Bernat de Santa Eugènia se reservó una casa para su uso propio. El edificio era conocido como el celler de Bernat de Santa Eugènia. A partir de 1269 pasó a ser del infante Jaume, que más tarde sería el rey Jaume II de Mallorca. Entonces se llamó el celler del Rey, y posteriormente, el Celleràs. Después del siglo XVII desapareció y actualmente solo queda el topónimo y sus ruinas.

El torrente nos acompaña a nuestra izquierda. En unos cinco minutos podremos ver la acequia de Coanegra, que pasa por encima del torrente con un acueducto, este de una sola arcada.

Cruzamos el torrente por un vado empedrado. El torrente se sitúa ahora a nuestra derecha, también la acequia. Justo después de cruzar el torrente por un puente pasamos delante de las cases de Son Roig. En la pared de la casa, una baldosa lleva la siguiente inscripción: “Germans que per bona estrella passau avui per aquí, l’aigo vos surt a camí de la font de Coanegra”.

La acequia de Coanegra tiene su origen en la fuente de Coanegra, desde donde los musulmanes hicieron arrancar un qanat, canalización subterránea que parte en la misma fuente. Después de Son Roig, cruzamos una barrera y a los pocos minutos llegamos a Can Morey y, posteriormente, a las cases de Son Pou. Dichas casas presentan una fachada con dos plantas, ante la cual hay una espaciosa carrera. La documentación más antigua designa Son Pou con el nombre de la Font. Antes de llegar a Son Pou nos desviamos a la derecha, por un camino que bordea el casal y vuelve al camino principal poco después. Cruzamos otra barrera situada bajos unas peñas. Estamos en una zona de desprendimientos.

El 'avenc' de son Pou

Después de un forn de calç, que queda a nuestra derecha, el camino de carro se convierte en un camino típico de montaña que nos llevará hasta el Freu y Orient. El camino asciende trazando varios serpenteos, con numerosas rocas dispersas, y después de unos cinco minutos nos deja en un punto importante: el desvío al avenc de Son Pou. Para visitarlo es preciso informarse previamente llamando al teléfono 652 961639. La desviación al avenc de Son Pou no está señalizada, aunque una fita nos ayudará a identificarla. Queda a la derecha del camino según subimos, frente a una señal que nos indica el tiempo que llevamos andando desde Santa Maria y lo que nos queda para finalizar la excursión en Orient. Después de caminar unos diez minutos por este desvío llegamos a una explanada en la que se encuentra la galería de acceso al interior del avenc de Son Pou, también conocido como la Cova dels Coloms. El avenc de Son Pou es una cueva de unos 150 metros de largo por unos 70 de ancho. En la parte más baja de la cueva, hacia la izquierda, hay otra sala, en forma de rotonda, en la que se pierde la poca luz que había en la sala grande. A la derecha de la mina hay otra sala, más pequeña, pero muy vistosa por sus esculturas calcáreas. La única entrada natural es un agujero con un diámetro de unos diez metros de largo por ocho de ancho situado a setenta metros de suelo. Desde 1894 se accede al interior del avenc por una galería abierta en la roca viva. Esta galería tiene más de cincuenta metros de largo, una altura de 1,70 y una anchura de un metro. Es recomendable vestir ropa seca cuando se accede al interior; allí el ambiente es fresco y aliado de los resfriados. Durante años, los poetas de la Escola Mallorquina realizaron encuentros en este lugar estimulados por su espíritu romántico y paisajístico. Miquel Costa i Llobera le dedicó uno de sus poemas: L’avenc de Coanegra. “Tot és aquí titànic, august, solemnial; tot aquí té el caràcter que lo vulgar desterra: enlloc se trobaria como en aquest coval, un monument aposta per cripta sepulcral dels fills més grans de nostra terra”, escribió el poeta.

Desde el avenc de Son Pou bajamos por el mismo camino hasta llegar a la bifurcación del camí de Coanegra a Orient. Giramos hacia la derecha, hacia el norte, en dirección a Orient. Tras salvar una ligera pendiente, nos encontraremos ante las Covasses, grandes cuevas que se abren en las paredes del desfiladero situado al otro lado del torrente de Coanegra.

En este punto hay que estar muy atentos, ya que hacia la derecha el camino nos llevaría por el comellar dels Bous. Tenemos que tomar la vereda de la izquierda, en dirección al torrente. El camino es estrecho y en ocasiones se desdibuja, como cuando asciende sobre un suelo de rocas. Un poco después se ensancha y cuenta con paredes de piedra laterales. El camino no presenta ningún riesgo para desorientarse hasta una nueva bifurcación situada junto a un forn de calç. La vía de la derecha conduce hasta Alaró. Nuestra ruta continúa hacia la izquierda y pronto nos enseña una vista panorámica sobre parte del valle de Orient, con la serra d’Alfàbia detrás. El camino ahora es ancho y traza marcados serpenteos, en bajada.

El salt del Freu

Después de descender llegamos al torrent del Freu, que más adelante se llama torrent de Coanegra y desemboca, cerca del Pont d’Inca, en el torrent Gros. En caso de llevar agua, este paraje adquiere una magia especial. “El dit potent de Déu obrí el torrent del Freu”, escribió Llorenç Riber i Campins. Hacia la izquierda, según llegamos de la bajada, el camino nos permitirá descubrir la zona del salt del Freu, en la que se encuentran las ruinas de un antiguo molino de agua. Se puede descender hasta el torrente y en caso de que este traiga agua contemplar la siempre hermosa cascada. El irregular lecho del torrente forma varios gorgs que durante meses están ocupados por agua.

Nuevamente, en la confluencia del camí de Son Pou con el torrent del Freu, a unos cincuenta metros al norte, se encuentra una barrera metálica con una escalera, también metálica. La franqueamos y llegamos a las cases del Freu, que actualmente presentan un estado total de ruina: sin tejado, con sus paredes desmoronadas, con la puerta de acceso tapada… Seguimos por el ancho camino de carro y a poca distancia de las cases del Freu observamos, a la izquierda, la font del Freu. A la derecha del camino aparecen los primeros campos de cultivo. También a la izquierda, más adelante, se encuentra otra fuente con tres pilas. Rodeados de sembrados y paredes secas llegamos al último tramo del itinerario, cien metros de camino pedregoso que nos deja frente a una barrera con unos escalones de madera a la izquierda. La carretera de Bunyola a Alaró cierra la excursión. Según llegamos al asfalto, Orient queda a la derecha, a poco más de un kilómetro y medio.

Guía de excursionismo de Mallorca, por Gabriel Rodas.