El hotel Riu Playa Park nada tiene que ver estas semanas con el bullicio que empezará cuando abra sus puertas a partir del 31 de marzo. Lo único que se oye estos días son las explicaciones de Ingrid Román. «Estamos en la recta final, con la elaboración de canapés, sandwiches, nociones de cafetería, coctelería, servicio de mesa...». Maite Boligan, Daniel Antonio y Carolina Luciano siguen junto al resto de sus compañeros de curso sus explicaciones. El establecimiento de Playade Palma, en Mallorca, ha cambiado los turistas por un pequeño grupo de estudiantes. Aplicados siguen la clase sentados en sus pupitres. Tienen la suerte de estar formándose en operaciones básicas de restauración para debutar dentro de poco como profesionales en un sector que acusa la falta de personal preparado. Hoy toca imaginarse que están el bar de la piscina.
Riu Hotels &Resorts participa en un programa de formación que ha puesto en marcha con el Govern a través del Servei d’Ocupació de les Illes Balears (SOIB). Incluye compromiso de contratación. Aprovechando la inactividad del invierno la cadena utiliza las instalaciones del Riu Playa Park.
Conllevaba que una vez acabada la formación que iniciaron quince personas, la compañía contrataría al menos al 60 %, pero se quedarán con todos los que finalicen el curso.
Sin experiencia
«Hemos seleccionado gente que no viene del sector, pero que tiene buena formación», explica Pere Torrens, director de formación de la hotelera. «Si funcionan en poco tiempo pueden crecer dentro de RIU y desarrollarse como profesionales. Esa es nuestra apuesta como empresa».
Y ese es el objetivo de Carolina Luciano, argentina de 38 años que hace cuatro meses que llegó a la isla. Después de trabajar en el sector sanitario y de vivir la pandemia esta fisioterapeuta ha decidido dar un giro a su trayectoria profesional. «El 90 % de lo que hay en Mallorca creo que es turismo y yo quería hacer un cambio».
Y qué mejor que hacerlo sin ser lanzada al ruedo de la hostelería sin ninguna noción básica. Para eso está Ingrid. La profesora de Servicios de Restauración del SOIB cuenta con sobrada experiencia en el sector además de ser formadora. «Nací entre restaurantes por vínculo familiar, he trabajado en bares, discotecas, hoteles de 5 estrellas de gran lujo y en restaurantes gastronómicos», relata mientras anima a sus alumnos a que cuenten la experiencia del curso. «Solo hay dos con experiencia, pero aprenden superbien me gusta ver cómo evolucionan. Llegaron sin saber cómo coger una bandeja y no veas ahora cómo le saca Rafa la espuma a la leche».
Un proyecto hecho realidad
El aludido es tímido, pero otro también aludido, Daniel Antonio, brasileño de 34 años que reside hace casi tres lustros en la isla, dice que llegó a pedir «una oportunidad» tras pasar por el mundo de la estética. «Juanjo me entrevistó y espero trabajar como ayudante de camarero». Se refiere a Juanjo Henares, responsable del centro de formación. Prefiere pasar desapercibido, pero Torrens no le deja porque que si este proyecto ha echado a andar en gran parte es por él. También «ha tramitado toda la documentación». «Ha sido un sueño hecho realidad», acota Henares tras haber pasado por otra empresa de formación dual y ver que ha sido posible.
«Nos estamos adelantando a lo que dicta el convenio de hostelería»
Maite Boligan está encantada de tener esta «oportunidad». La cubana de 34 años, graduada en Informática y especialista en estadísticas sanitarias en el ministerio del ramo de su país, vive en Mallorca desde 2019. «Hasta ahora estaba de ama de casa» y al cuidado de sus dos hijas. «Gratitud. Eso es lo que siento. Esta formación es gratuita y Juanjo nos ha acompañado todo el invierno».
«Nos estamos adelantando a lo que dicta el convenio de hostelería», apunta Juan Carlos García, director de RRHH de RIU. En Mallorca y Formentera tienen una plantilla de 700 trabajadores en hostelería, «Nos faltan alrededor de un 15-20 % de personal».
"Vamos a poner en marcha un curso de cocina en este hotel abierto, a partir de mayo"
Con RIU el SOIB tiene en marcha dos programas de formación dual en tecnología de la información. «No teníamos informáticos», añade Torrens. «Vamos a poner en marcha cocina en este hotel abierto, en mayo. El comedor será aula por la mañana y clase práctica por la noche con el restaurante abierto. «Se empiezan a jubilar los chefs», advierte. A pocos metros sigue la clase de Ingrid, quedan pocos días para terminar este primer curso.