Manacor vivió este domingo una nueva victoria de las izquierdas. Si sumamos los siete concejales cosechados por Més-Esquerra (uno más que en los anteriores comicios) y los cuatro del PSOE (igual que en 2019), suman exactamente los once necesarios para constituir la mayoría y no tener ningún problema para sacar nuevas iniciativas adelante. Pero esto, sencillo sobre el papel, va a tornarse en un rompecabezas difícil de encajar así como vayan pasando los próximos días. Las caras, pese a la pose de las fotos, no eran del todo buenas.

Eran las ocho y media de la jornada electoral cuando en la sede del PP de Manacor, en plena Vía Portugal, comenzaba la inquietud. Su líder, Maria Antònia Sansó, recorría nerviosa la sala principal mientras los primeros datos estaban a punto de proyectarse sobre la pantalla preparada para seguir el recuento de mesas. Los afiliados y simpatizantes iban llegando, medio ilusionados, medio expectantes, augurando un buen resultado.

Al cuarto de hora la sala de máquinas lanzó las primeras cifras. Una tras otra las mesas iban dando la razón a los optimistas moderados: Més-Esquerra y Partido Popular pronto se destacarían sobre los demás rumbo a mejorar sus resultados en número y escaños. Finalmente el PP casi doblaba las cifras de 2019 en votos y pasaba de los cuatro a los seis concejales. ¿Buenos resultados?... pues también depende.

Al mismo tiempo en la plaza Joan March, junto a la sede del PSOE, los socialistas ya no eran tan optimistas como a las nueve de la mañana. Sus deseos, que estaban puestos en aumentar de forma sustancial el cómputo de ediles, se fueron diluyendo como un azucarillo al tiempo que el sol se ponía para todos. El Pi se quedaba sin representación, al igual que Podemos, y Vox asaltaba la banca por el extremo derecho para colar a dos representantes casi por sorpresa. A doce kilómetros, en Porto Cristo, AIPC-SyS se quedaba con las ganas y debía conformarse con un par de actas.

Pero volvamos a los números y a lo que cada uno le pide el cuerpo. Més-Esquerra querría reeditar el pacto con los socialistas, cierto. Pero no con la candidata socialista Núria Hinojosa en él, y con quien la sintonía ha sido mala durante toda la legislatura. El líder de Més y hasta ahora alcalde, Miquel Oliver, ni se plantea un panorama donde tenga que dar dos años de alcaldía al PSOE, pese a que los socialistas sean, a día de hoy, su única opción. Eso los rojos lo saben y lo van a intentar explotar como sea, conscientes de que no pueden ‘huir’ a Palma por falta de sillas.

Los populares satisfechos con los buenos resultados cosechados en Manacor. | S.S.

Si el PSOE no consigue ‘rascar’ nada con Més-Esquerra, va a intentarlo con el PP de Sansó, que tenía que dirimir ayer tarde junto a los suyos, los escenarios plausibles del conflicto. Ganador en Consell y Govern, el grupo popular tampoco quiere ofrecer ningún terreno extra a los socialistas, a quienes se les cerraría una nueva puerta en las narices. En cualquier caso un pacto en clave nacional necesitaría de la integración de AIPC-SyS, cuya dirección tampoco ve con buenos ojos un entente con Hinojosa.

De esta manera y así las cosas, todo va cogiendo forma de gobierno en minoría. Un pacto de nueve concejales salidos de la unión entre Més y los porteños, más empáticos y menos obsesionados con el poder. Evidentemente ello supondría tener que llegar a pactos fuera de los plenos y a consensuar muchas cosas con el PP, pero alejaría fantasmas en un laberinto donde Pac-man ansía comerse todas las cerezas rojas.