Las dos trabajadoras del comedor del colegio La Salle acusadas de la muerte de la niña de cinco años Naia Sans por una reacción alérgica se culparon ayer en el juicio mutuamente de que la menor tomara el helado que acabó con su vida en mayo de 2019. La encargada de los alumnos alérgicos afirmó que no tenía contacto con los menores y la monitora le dio el postre sin consultarle. La aludida replicó que sí lo hizo. «Yo tenía dudas y ella me dijo dos veces que estaba segura de que Naia podía comerlo», señaló. Ambas admitieron que conocían la grave alergia a la proteína de la leche de la pequeña. 

Las procesadas están acusadas de un delito de homicidio imprudente, por el que la fiscalía reclama dos años de cárcel y los padres de la víctima, que ejercen la acusación particular, piden cuatro años de prisión. La encargada de los alimentos para los niños alérgicos, trabajadora de la empresa que gestiona el comedor de La Salle, explicó que ella supervisaba pero no tenía contacto con los niños. Según su versión, aquel día hubo un cambio de planes y en lugar de dar fruta a los alumnos se les dio helado. La mujer afirmó que como Naia no podía tomarlo por su alergia, fue a la cocina en busca de un lácteo que sí pudiera comer, pero no encontró. «Cuando volví al comedor no vi a la monitora [la otra acusada], y me desentendí», afirmó. Así, sostuvo que los helados estaban en el carro del comedor y que la monitora se lo entregó a la víctima por su cuenta y riesgo. 

La otra imputada negó este relato. En su declaración señaló que a Naia «nunca se le dio un postre que no fuera yogur o fruta». La mujer explicó que «siempre iba a pedir los alimentos a la encargada de los niños alérgicos» y que «nunca» cogió un postre por su cuenta. El día que ocurrieron los hechos detectó que Naia no tenía postre, por lo que acudió a la responsable de alérgicos para pedirle uno. «Me dijo que iba a buscar si quedaba algo, volvió con un sándwich de nata y me lo dio. Yo tenía dudas. Le pregunté dos veces si estaba segura de que lo podía comer y me dijo que sí», contó. La mujer explicó que le dio el helado a la niña, que solo le dio «un bocadito» y poco después empezó a dolerle la barriga. La pequeña fue trasladada a la enfermería, donde murió en cuestión de minutos por una reacción alérgica. «Yo no fui al carro a buscar el helado», sentenció.

El responsable de la empresa que gestiona el comedor de La Salle aseguró que los postres salieron ese día al comedor en un carro grande y que en él había tanto almendrados como sándwiches sin lactosa. Según dijo, estos últimos no puede cogerlos ninguna monitora y debía ser la responsable de alérgicos quien los repartiera. La tutora de la menor, por su parte, confirmó que en el colegio se sabía que la alergia de Naia era «muy grave». El juicio continuará hoy con la declaración de varios médicos forenses y peritos citados por las partes.