Y se hizo la luz. Se hizo, pese a que todos pensaban que se cancelaría o que nadie iría. Nada más lejos de la realidad: los ciudadanos abarrotaron ayer el centro de Palma pese al temporal que amenazó durante todo el día el tradicional acto de la encendida de luces de Navidad.

La casualidad quiso que el frío invernal llegara precisamente el fin de semana que se daba el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas en Palma. La lluvia ya frustró los espectáculos lumínicos el pasado viernes y pintaba que ayer sería igual. Pero los ciudadanos no se dejaron amedrentar y salieron por miles, provistos de ropa bien abrigada (que hasta ahora seguía guardada en el fondo del armario) y muchas ganas de disfrutar.

Después de los espectáculos lumínicos, que duraron toda la tarde y sirvieron de preámbulo, dos enormes marcadores, uno en la plaza de la Reina y otro en Cort, pusieron en marcha la cuenta atrás. Tres, dos, uno... y un largo ‘oooh’ invadió las calles. A las ocho en punto de la tarde, se iluminaron 282 kilómetros de guirnaldas, 964 bolas y estrellas, 366 arcos luminosos y una infinidad de decoración navideña por todos los rincones de Palma.

«Ha sido tan bonito y emotivo que teníamos la sensación de que estábamos en fin de año, como si ya celebráramos la Nochevieja», explicó la palmesana Aina Obrador desde la plaza de Cort: «He venido con mis amigos sin mucha esperanza, pensábamos que no habría nadie por el mal tiempo y nos hemos llevado una sorpresa».

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Las imágenes del encendido de las luces de Navidad en Palma Pere Joan Oliver

La misma sorpresa que se llevaron Marina Romero y África Palmer, que presenciaron la encendida con sus tres hijas desde la plaza de la Reina: «Vivimos en Sant Jordi y allí estaba granizando. Pensábamos no venir, pero al final nos hemos animado porque a las niñas les hace mucha ilusión... ha sido una buena decisión», confesaron.

El acto principal se hizo precisamente en la plaza de la Reina, donde tres usuarias de la asociación Gira-Sol se encargaron de apretar el botón en el momento clave, puntuales, a las ocho. «Estamos muy orgullosas de que nos hayan elegido a nosotras para encender las luces de toda la ciudad», explicaron Cristina Galea, Silvia Isabel Fernández y Amina Bouzidi. «También muy agradecidas de que se visibilice la salud mental en un acto tan importante», añadieron. La entidad, escogida en una votación ciudadana, trabaja para mejorar la salud y el bienestar de las personas con enfermedades o trastornos mentales, además de ofrecerles orientación laboral.

Pero no fueron las únicas protagonistas. Una gran estrella de doce metros de altura y una esfera gigante en la Porta de Santa Catalina, además de los arcos monumentales luminosos de la nueva calle Nuredduna, también marcaron las novedades de la mágica velada, sin desmerecer al tradicional árbol monumental, que este año estaba en el Parc de les Estacions. Todos ellos sirvieron de plató para muchos jóvenes, que aprovecharon para hacerse sonrientes las primeras fotos de esta temporada navideña.