Un silencio sepulcral cala en el cuerpo al entrar en Son Valentí. Pero ayer no fue un día cualquiera. El cementerio de Palma estuvo en Tots Sants más animado y colorido que nunca después de la visita de miles de ciudadanos que se desplazaron al camposanto de la capital, donde descansan sus seres queridos.

Se nota que los floristas han trabajado a destajo estos días; la necrópolis dejó una imagen espectacular regada de crisantemos, claveles, rosas y lirios que fue dejando un goteo constante de ciudadanos durante toda la jornada. De hecho, algunos comerciantes de la ciudad han asegurado que este año se ha dado «una gran campaña» llegando a agotar material en algunos establecimientos, especialmente por haber sido una temporada más espaciada en el tiempo, de aproximadamente cinco días, según recoge Europa Press.

Aunque nadie se libró del pequeño atasco de rigor, las visitas al cementerio de Palma se escalonaron durante la calurosa mañana y no se registraron aglomeraciones importantes. Por primera vez después de la pandemia, el camposanto de Son Valentí abrió sus puertas por Tots Sants con total normalidad, sin restricciones de aforo y sin mascarilla obligatoria. Durante la jornada se vieron rostros compungidos, emocionados y alguna que otra lágrima frente a los sepulcros.

Unas 30.000 personas

Pese a la propia sensación de los visitantes, que comentaban entre los pasillos del cementerio que «la tradición se está perdiendo» y que se ven ahora «menos personas que hace diez años», desde el ayuntamiento de Palma se constataron cifras récord: unas 30.000 personas se han pasado estos días por Son Valentí. El pasado sábado y ayer fueron los días de más afluencia, según Cort, que también señala que ha sido un Tots Sants «con más gente de lo habitual» en comparación a los 25.000 visitantes de otros años.

A Lupe Vargas, de 53 años, le sorprendieron los datos: «Ya no es lo mismo. Antes veníamos aquí con sillas y mesas, y nos tirábamos el día entero. Ya no tenemos esa costumbre», señaló. Aún así, para Lupe fue un día especial porque pudo traer a su madre, que tiene movilidad reducida: «Hemos venido a ver a nuestra familia. Hace unos días limpié la tumba de mi hermano y la de mi padre, para que mi madre las vea bonitas después de muchos años sin poder venir», comenta. «Si bajas la cuesta verás un panteón grandioso, guapísimo, con una alfombra de flores y dos pedestales. Ahí está mi hermano», añadió.

«Yo vengo al cementerio todos los días»

En cambio, para Dolores Montero, de 77 años, ayer fue un día más, pese a ser Tots Sants: «Yo vengo todos los días, excepto si tengo que ir al médico». La única diferencia es que la tumba de su nieto, que falleció hace 14 meses y yace junto a su marido, que murió hace 8, amanecieron mucho más coloridas: «¡Aunque nunca les faltan las flores, eh!». Dolores se sienta en un banco junto al sepulcro y deja las horas pasar: «Mis hijos se han ido hace rato, pero yo estoy mejor aquí que encerrada en casa, las cuatro paredes me comen».

Por su parte, Sacramento González vivió la jornada ayer con un «enorme disgusto» al ver el edificio Finisterre, cedido hace poco más de un año a la EFM, sin decoración: «Otros años he visto la escalinata preciosa, con flores y coronas. Este año no han puesto ni un triste clavel», lamentó.

Titulares de las tumbas

Con todo, Cort aprovechó la concurrida jornada ayer en el cementerio para poner en marcha una campaña de actualización de datos de los titulares de tumbas. Por eso muchas sepulturas amanecieron con adhesivos con avisos pidiendo a los interesados que se pongan en contacto con la EFM.

En este sentido, los familiares que no sepan si tienen actualizados sus datos administrativos pueden acercarse a las carpas informativas instaladas en el cementerio, y también se ha habilitado una línea telefónica.

También cabe destacar que Cort celebró su tradicional acto sobre las diez de la mañana, con una comitiva política formada por el alcalde de Palma, José Hila, el gerente de la Empresa Funeraria Municipal (EFM), Miquel Gomila, y demás autoridades municipales. Realizaron un recorrido por varios de los puntos más importantes del cementerio, con una parada especialmente emotiva en el memorial de la víctimas de la covid.