"Gracias por salvarnos. Teníamos mucho miedo pero gracias a vuestra rapidez estamos a salvo. Para nosotros sois unos héroes". Cristian, de diez años, ha entregado esta carga a los agentes de la Policía Nacional y a los bomberos de Palma que el pasado martes por la noche le rescataron, junto a su hermana Carla, de 12, y su padre, del interior de un coche que había sido arrastrado por el agua en el torrente de sa Riera, a la altura de la urbanización de El Hoyo, en Palma. Carla ha escrito también una carta: "Gracias por sacarnos del coche, creíamos que nos íbamos a ahogar. Os queremos".

Los dos hermanos y sus padres han acudido esta mañana a la Jefatura de la Policía Nacional de Palma, donde se han reencontrado con algunos de los agentes y los bomberos que participaron en el rescate, que se prolongó durante cerca de 45 angustiosos minutos en la noche del pasado martes, cuando Mallorca se encontraba bajo los peores efectos del temporal Juliette.

Uno de los policías, el oficial Óscar Mora, relató la actuación. "Sobre las nueve de la noche del martes recibimos el aviso de que un coche había sido arrastrado por la corriente del torrente de sa Riera a la altura del Hoyo. Nos dirigimos al lugar a toda prisa y antes de llegar recibimos otro comunicado informando de que en el interior del coche había un hombre y sus dos hijos".

VÍDEO | Así fue el dramático rescate de un hombre y dos niños arrastrados con su coche en sa Rierra

VÍDEO | Así fue el dramático rescate de un hombre y dos niños arrastrados con su coche en sa Riera

El oficial Mora explica que la búsqueda del vehículo resultaba muy complicada. Era noche cerrada y en la zona no hay ninguna iluminación, y el torrente bajaba con mucha fuerza a causa de las fuertes caídas durante varios días. La dotación de coche zeta tuvo grandes problemas para acercarse al cauce, ya que había una densa vegetación en los márgenes que les impedía ver el agua. "Finalmente encontré una pronunciada rampa de barro que llegaba al torrente y me arrastré hasta el agua", prosigue Mora. "Iluminé con una linterna hacia un lado, no había nada, y luego al otro: y allí estaba el coche, que se movía lentamente arrastrado por la corriente. Lo primero que vi fue la cara de la niña en la ventanilla, parecía estar aterrorizada".

Lo primero que hizo el oficial de Policía fue contactar con su base para confirmar la localización del coche, dar la ubicación exacta y pedir la intervención urgente de los bomberos. La fuerza del agua le impedía llegar al vehículo, por lo que trató de tranquilizar a los ocupantes. "Les dije que tranquilos, que iba a venir ayuda enseguida y les íbamos a sacar, y sobre todo que no se movieran y no trataran de salir. Era una situación muy delicada y tenía miedo de que el vehículo volcara".

Las primeras dotaciones de los bomberos llegaron en apenas unos minutos. Uno de ellos, Sergi Morcillo, se aseguró con una cuerda y llegó hasta el coche. "Teníamos que decidir rápido la mejor manera de sacarlos", recuerda. El agua le llegaba a la cintura y había entrado en el interior del vehículo hasta cubrir la mitad del habitáculo.

Mientras tanto, otra dotación de la Policía Nacional había dado la vuelta para comprobar si el rescate era más factible desde la otra orilla. El oficial José Calixto Maestro y su compañero localizaron a trescientos metros un tubo de canalización que les permitió cruzar sa Riera. "Abrimos un camino entre la maleza y llegamos al coche. Desde esa orilla estaba a apenas cuatro o cinco metros". Los agentes, junto al bombero Sergi Morcillo, cubrieron esa distancia formando una cadena humana. En condiciones muy difíciles, con la fuerte corriente que les llegaba casi a la cintura, sujetándose con sus cinturones, pudieron sacar, primero a la niña, luego al niño, y finalmente a su padre. Todos llegaron ateridos, pero ilesos, a la orilla. El pequeño Cristian llevaba en las manos unas tablas de multiplicar plastificadas. No las había dejado porque tenía deberes en el colegio. "Es un valiente", comenta Calixto. Cristian les dijo a los rescatista que cuando sea mayor quiere ser policía o bombero.

5

Borrasca Juliette en Mallorca | Rescate de una familia en el torrente de sa Riera Pere Joan Oliver

Ayer los niños y sus padres acudieron a la Jefatura de Policía, donde se reencontraron con sus rescatadores. Les llevaron un ramo de flores y sendas cartas de agradecimientos, con el dibujo de un policía. Los agentes les entregaron unas camisetas de la Policía Nacional antes de fundirse en un abrazo. Su madre, Marta Beltrán, que dio el aviso y que se mantuvo todo el tiempo en contacto con su hija a través del teléfono, apenas podía hablar de la emoción. "El rescate duró una hora, pero a mí me parecieron cinco o seis, se me hizo muy largo". El padre, Antonio Sintes, también muy emocionado, comenta: "Corrieron un gran riesgo pero nos han salvado la vida a todos".

"Valió la pena", contesta el oficial Mora.