El rescate de un hombre y dos niños de 10 y 12 años cuyo coche fue arrastrado anoche por la fuerte corriente del torrente de sa Riera, en Palma, tuvo un final feliz pero a punto estuvo de acabar en tragedia. Los agentes de la Policía Nacional y los efectivos de los Bombers de Palma trabajaron en condiciones muy adversas, en mitad de la noche y entre la maleza, para liberar a los tres ocupantes del vehículo, que tenían ya el agua por la cintura y estaban muy nerviosos.

Los hechos ocurrieron hacia las nueve de la noche, cuando una llamada alertó a la base del 091 de que un coche había sido arrastrado por el agua cuando atravesaba el torrente a la altura del camino de Ca Na Verda, en una zona conocida como El Hoyo. Los testigos explicaron que en el vehículo viajaban un hombre y sus dos hijos pequeños y que había desaparecido. Al lugar acudieron rápidamente varias patrullas de la Policía Nacional. Los agentes empezaron a dar batidas por la zona, en una búsqueda muy complicada por la oscuridad, el agua, el barro y la maleza que cubre ese enclave.

Las labores de rastreo permitieron encontrar el automóvil a unos 300 metros del lugar en el que había sido visto por última vez. Los policías comprobaron que en el coche estaban el padre y los dos niños. El vehículo se estaba llenando de agua -llegaba ya a la altura de la cintura de los ocupantes- y la corriente era cada vez más fuerte. Estaban muy nerviosos y gritaban pidiendo auxilio.

El rescate fue muy complicado. A la operación se sumaron entonces los efectivos de los Bombers de Palma. Con la ayuda de unas cuerdas, un bombero logró llegar hasta el coche y dos policías se acercaron por la otra orilla. Encontraron un tubo de canalización para poder cruzar el torrente, abriéndose paso entre las zarzas para poder llegar hasta el vehículo. Los dos agentes y el bombero consiguieron abrir la puerta y cogieron en brazos a los dos pequeños para ponerlos a salvo haciendo una cadena humana. Los efectivos de emergencias no estaban asegurados con cuerdas y uno de los policías estuvo a punto de ser arrastrado por la corriente. Tuvo que ser agarrado por el bombero para no ser engullido por el agua.

Los especialistas consiguieron finalmente poner a salvo al hombre y a los dos niños. Tuvieron que subir un desnivel de cinco metros a través de una vía abierta entre la maleza. Los tres fueron asistidos por efectivos del Ib-Salut, que los trasladaron a Son Espases para evaluar su estado.