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Edificación en suelo rústico: se vive en la ciudad, no en el campo

El Pacto promulga una reforma de mucho calado en sintonía con la filosofía del votante de izquierdas pero que tiene difícil fructificar con el apoyo socialista

Quieren imitar las viviendas en el campo a 600 metros. Albert Bravo

La filosofía de la reforma urbanística de grandes dimensiones que quieren impulsar desde Més per Mallorca, con el apoyo de Podemos, tiene la finalidad de concentrar a la gente a que viva en los entornos urbanos de pueblos y ciudades y parar la dispersión expansiva que se ha producido en las últimas décadas de viviendas en el suelo rústico. Sin embargo, las modificaciones de hasta cinco leyes que promulgan las enmiendas de Més significa un cambio total de tendencia urbanística de nuestras islas a escasos seis meses de las elecciones para enviar un guiño al votante de izquierdas. El PSIB-PSOE todavía no ha dado su visto bueno a sus socios de Pacto y ello hace presagiar que no están del todo por la labor.

«Materializar un desarrollo sostenible y cohesionado de los pueblos y ciudades; del territorio municipal racionalizando las previsiones de la capacidad de población y priorizando la conservación, la reconversión y reutilización o mejora de los suelos ya transformados y degradados. Asimismo, apostar por la compactación urbana y la rehabilitación en vez de nuevas transformaciones de suelo. También se debe evitar la dispersión de la urbanización y construcción fuera del tejido urbano», apuntan como uno de sus principales objetivo las enmiendas impulsadas por Més per Mallorca en el seno del Pacto.

Acto seguido concluyen apuntando: «En este sentido, se debe evitar la creación de nuevos núcleos de población y deben preservarse del desarrollo urbanístico los espacios y territorios más valiosos y las zonas de riesgo».

Joan Mas, diputado de Més. | MÉS

El diputado de Més per Mallorca Joan Más Collet es el impulsor de las enmiendas que pretenden transformar la principales leyes territoriales de Balears. Según Más, el objetivo es «que se consuma el mínimo territorio posible y concentrar a la gente en los entornos urbanos, creciendo en vertical». El diputado nacionalista recuerda que «sobre el suelo rústico de Mallorca existe una presión muy importante, fruto del modelo expansivo que hemos sufrido desde hace años». «El campo debe ser para producir alimentos mediante la actividad agrícola y no un lugar para vivir como se ha ido producido en Mallorca durante las últimas décadas», añadió.

Por ello, uno de los apartados de la memoria de la reforma que ha sido presentada en forma de enmiendas apunta: «Se debe valorar las funciones agrarias, ganaderas, forestales, territoriales, ecológicas y paisajísticas de las áreas rurales». De igual modo, hacen una reseña directa al turismo vinculado a la expansión urbanística que ha sufrido Mallorca: «Se debe hacer compatible el desarrollo turístico con la identidad, la cultura y los intereses de los ciudadanos de Balears». Este último apartado tiene claras connotaciones a la expansión turística en el alquiler vacacional y su implantación en viviendas ubicadas en suelo rústico.

Dura negociación del Pacto

Més, con el apoyo de Podemos, ha impulsado esta reforma de consideración del ordenamiento urbanístico para cambiar la fisonomía de las islas. Una reforma que pedía la izquierda pero que llega a escasos meses de las elecciones y sin saber si se llegará a aprobar durante esta legislatura ante la incógnita de conocer si los socialistas secundarán a nacionalistas y podemitas. En el seno del Pacto se presume una dura negociación, con Més y Podemos por un lado y el PSIB-PSOE por otro.

El diputado Joan Mas reconoció que los socialistas no han dado su visto bueno a tal intervención en el ordenamiento urbanístico de Balears. Únicamente se han dedicado a no vetar las enmiendas de Més para que se tramiten en la comisión que debate la reforma de la LECO.

Por parte de lo socialistas ha cogido el mando la consellera de Presidencia y ex titular de Territorio en el Consell, Mercedes Garrido. El PSIB todavía no se ha pronunciado, pero se apunta a que algunas de las medidas promulgadas por Més no recibirán el apoyo socialista. Es el caso de ampliaciones de zonas naturales o limitaciones en rústico, que si bien son aplaudidas por el electorado de Més y Podemos, el votante socialista no las comparte del todo. Fuentes socialistas aseguraron que «no hemos vetado las enmiendas, pero tampoco hemos firmado para apoyarlas».

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