Sonia Vivas se despidió ayer del Ayuntamiento de Palma con una última estocada. La ya exconcejala de Justicia social y LGTBI utilizó sus últimos minutos en el cargo para firmar el decreto de autorización de la Palma Pride Week, la semana de eventos para reivindicar los derechos y la lucha de la comunidad LGTBI que originó la tormenta política en Cort y ha terminado con la salida de la controvertida edil de Podemos. Vivas rubricó los permisos a nombre de la organización de los actos Orgullo tras conocer que el alcalde de Palma cancelaría ayer por la mañana todos los eventos. La resolución la hizo a espaldas del socialista José Hila y del resto del equipo de gobierno. Mientras comunicaba el cese en rueda de prensa, el alcalde desconocía por completo la medida que había adoptado la todavía concejala, se enteró posteriormente de la acción de su excompañera y afronta ahora las repercusiones.

En estos momentos el Ayuntamiento palmesano está inmerso en un embrollo jurídico, cuyos servicios municipales intentan desenmarañar, informan fuentes del Pacto. La entidad Ella Global Community, encargada de la Semana del Orgullo en la capital de la isla y liderada por la empresaria Kristin Hansen –autora de las polémicas acusaciones de homofobia en la Part forana– anunció ayer mismo que demandará a Cort por la supresión de la Pride y reclamará indemnizaciones. La propia Vivas declaró al respecto: "Que el alcalde se atenga a las consecuencias", recordando que se trata de un acto que ha sido debidamente aprobado por los órganos de gobierno de Cort y que ha supuesto un desembolso económico para la empresa promotora del mismo, por lo que puede acarrear indemnizaciones económicas a cargo del erario público.

A raíz del cese de Sonia Vivas como regidora de Palma, ha trascendido que en plena polémica por las declaraciones de Hansen – habrá gente del campo que verá por vez primera una lesbiana"– la edil estaba fuera de Mallorca, de viaje. Por ello delegó su firma en su compañero de grupo municipal de Podemos Rodrigo Romero. Ayer por la mañana Vivas ya se encontraba en Palma, y tras comunicarle el alcalde su inminente destitución y la cancelación de la fiesta del Orgullo, la todavía concejala pidió a Romero que le devolviera la firma. Acto seguido, "sobre la una y cuarto" –explican las citadas fuentes– Sonia Vivas rubricó el decreto municipal de autorización de la Pride Week. El alcalde anunció oficialmente la destitución a las 14 horas, si bien el decreto de cese de Vivas como edil ya estaría firmado antes. Los servicios jurídicos de Cort y la Secretaría analizan ahora la posibilidad de revertir la autorización firmada por Vivas sin que tenga consecuencias para el Ayuntamiento.

El trámite no se había podido hacer anteriormente por falta de documentación, ya que la empresa organizadora no había aportado todos los papeles solicitados por el Ayuntamiento para garantizar la seguridad y demás aspectos del desarrollo de los eventos, especialmente de los conciertos y el acto inaugural previsto para mañana sábado en sa Feixina.

Así las cosas, la empresa de Kristin Hansen cuenta hoy por hoy con los permisos municipales para poder organizar los actos del Orgullo, a la espera de si éstos pueden ser anulados in extremis.