La Universitat de les Illes Balears (UIB) ha decidido cortar sus sistemas de calefacción a partir del próximo lunes alegando que el coste de la electricidad y del gas le resulta inasumible. Además, ha prohibido que se utilicen sistemas de climatización individuales, sea de la propia UIB o personales, bajo la amenaza de ser retirados por el personal de Conserjería.

El documento remitido por el rector, Jaume Carot, justifica la medida alegando que la factura de electricidad de la Universitat ascendió en 2020 a algo más de un millón de euros, para elevarse en 221 hasta casi los dos millones y medio, y que la previsión para este año es que pueda alcanzar los seis millones, cantidad que por si sola supone un 4,8% del presupuesto de toda la UIB.

Carot reconoce que el margen de maniobra de que dispone es «estrecho», pero advierte de que la decisión que se ha tomado es que a partir del próximo lunes se anularán todos los sistemas de climatización y que solo se mantendrán activos aquellos que resulten imprescindibles por motivo de seguridad de las instalaciones críticas o para la continuidad de la labor investigadora.

Se añade que se va a pedir al Govern que estudie otras posibilidades para reducir el consumo y el coste del suministro eléctrico.

En un documento adicional, la Universitat comunica también la citada prohibición de que se utilicen los sistemas de calefacción o refrigeración individuales, y se añade que al acabar la jornada laboral se deberán apagar todos los ordenadores, impresoras, fotocopiadoras y el resto de material electrónico. Sobre este punto, se advierte de que los responsables de los aparatos informáticos deberán asumir el riesgo de perder información en aplicación de esta medida.

También deberá apagarse la luz en las dependencias que estén vacías, especialmente las aulas, y responsabiliza al personal de Conserjería para que esta medida se cumpla.

Se señala que deberán permanecer cerrados todos los edificios de la Universitat durante los periodos no lectivos, excepto Son Lledó y Antoni M. Alcover i Sureda, dado que este último es el más eficiente desde el punto de vista energético.

A partir de abril, el horario de cierre de los edificios se adelantará una hora, y el alumbrado exterior del campus se reducirá a un tercio de su capacidad con la excepción de los lugares sensibles como la residencia universitaria. Para contrarrestar este recorte, se anuncia un aumento del servicio de seguridad en el campus.

Se añade que estas medidas tienen como única finalidad el ahorro energético y que no van a suponer restricciones en las condiciones vigentes de la jornada, los permisos o las vacaciones del personal de administración y servicios.