Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mallorca supera el ecuador de un verano que «no acaba de despegar»

No se alcanzarán las expectativas de inicio de verano, pero hay optimismo vista la virulencia del virus

Turistas en la zona de la Seu, en Palma, la zona turística de la isla con mejores cifras este verano. B. Ramon

Las expectativas del final de la primavera, cuando la envidiable situación epidemiológica del archipiélago hacía barruntar que este verano íbamos a ser capaces de sobrevivir a la pandemia incluso con buenas cifras de visitantes, se han quedado en el camino. Pero el sector turístico está curado de espanto. Ha logrado adaptarse a que todos los escenarios posibles salten por los aires y seguir adelante. Se va a pelear para salvar como sea la temporada 2021, a sabiendas de que el mes estrella difícilmente sea mejor que julio.

Con agosto por montera, habiendo superado esta semana el enésimo examen del Gobierno británico —seguimos al menos hasta finales de mes en el listado ámbar de su semáforo de viajes— y asumido ya el golpe llegado desde Berlín a finales de julio —las islas se consideran zona de alto riesgo, por lo que se advierte que no se ha de viajar aquí—, ya se sabe que hasta final de mes «puede pasar cualquier cosa», reconoce Ramón Hernández. El director general de BlueBay es consciente de que esta temporada «no acaba de despegar, la demanda no ha terminado de llegar». Solo los alemanes y británicos vacunados o que pasaron ya la covid se libran de la cuarentena.

Variedad de europeos

Como el resto de empresarios consultados por este diario, Hernández afronta «razonablemente contento» el panorama. Los hoteleros son optimistas. Subidos en una quinta ola de la pandemia en la que ya no espanta la escalada de contagios, basta pensar en un año atrás para que el vaso se vea medio lleno.

Hay más de setecientos hoteles abiertos en la isla, rozando el 90% de la planta. El verano pasado no se llegó a los 400 establecimientos, ni la mitad del total, y en estas fechas Boris Johnson ya había vuelto a cortar las alas al sector con su cuarentena de quita y pon y faltaba menos de una semana para que Angela Merkel tomara la misma decisión de restringir los viajes, siguiendo la estela de la práctica totalidad de los mercados europeos que exigían aislamiento o PCR, tan asumidas ya a estas alturas. Hace poco más de un año los hoteles estaban echando el cierre, Mallorca estaba ya hundida.

Desde la perspectiva de la turoperación, Ian Livesey, hace balance de este estío: «Es mucho mejor de que lo preveíamos y todos los mercados europeos vienen a las islas», acota el director de TUI en Balears, Península Ibérica y Portugal.

BlueBay solo ha abierto dos de sus cuatro hoteles en Mallorca, los de Alcúdia, «viendo que el público más joven británico no iba a venir» y ha logrado entre un 40-50% de ocupación de una temporada normal. «Agosto no será mejor», prevé Hernández y la demanda nacional que tan bien le funciona a la cadena en Andalucía no cree que sea tan relevante en Mallorca.

Subidos en la quinta ola, basta pensar en un año atrás, cuando los hoteles cerraban, para ver el vaso medio lleno

decoration

«Lo de los alemanes ha sido un golpe fuerte; se va a notar en agosto», opina Jaume Horrach. El presidente de los hoteleros de Alcúdia y Can Picafort, ha sido más conservador este año que el pasado, abriendo dos hoteles de cuatro (uno menos) de su cadena Eix: «Soy un rara avis, no es la tónica dominante». Cree que la postura de Alemania puede «revertir a mejor» y «desde el hastío» declara que al fin y al cabo «es otro obstáculo más», pero «grave porque estamos en medio de la temporada». La situación lleva a que «los que tenían pensado venir no cancelan el viaje, pero tampoco hay reservas».

Asumiendo que se cumpla la estimación de la patronal hotelera mallorquina, que ha consensuado con sus asociados que se alcance el 65 % de ocupación en agosto, Antoni Horrach se remite a antes de la pandemia, cuando los hoteles de la isla superaban el 90%. «Imagina la bajada», recapacita el director general de HM Hotels, a la vez que reconoce estar «contento después de haber tocado fondo en 2020» y tener sus trece establecimientos operativos. Aun así, considera que ya «estamos acusando» la caída del turismo familiar alemán, con unas reservas «ralentizadas», por lo que «firmaría que agosto sea como julio».

Desde la convicción de que si Reino Unido hubiera colocado a las islas en su lista roja hubiera sido «un golpe mortal», Mauricio Carballeda reconoce ver más «certidumbre» para Palmanova-Magaluf, con «un pequeño repunte en las reservas aunque la gente sigue sin fiarse». El presidente de los hoteleros del destino británico por excelencia estima que la ocupación de julio rozó el 40%. Lo positivo de las restricciones británicas es que «han venido menos jóvenes y Punta Ballena está tranquila».

Esta segunda temporada pandémica «de trompicones» ha beneficiado a los hoteles de Palma. Desde el único establecimiento que ha estado abierto todo el año, Toni Ferrer, director del GPRO Valparaíso, confía en que agosto sea «meridianamente bueno» y constata que el cliente tiene un poder adquisitivo más alto y ganas de gastar. «Se busca otro perfil de hotel, lejos de los grandes resorts de playa». Desde julio «Palma cogió impulso», explica el presidente de sus hoteleros, Javier Vich. «Hasta hace una semana había más reservas que cancelaciones» y julio y agosto estima llegar a un 75% de ocupación. «No somos un destino de turoperación», prima la comercialización online en una zona de estancias más cortas y sin dependencia del turismo familiar. Este verano también es un rara avis.

Compartir el artículo

stats