La fiesta del Palma Futsal como bicampeón de la Champions League fue por todo lo alto, pero no duró lo que le hubiera deseado a la expedición. El vuelo de vuelta a la isla, previa escala en Viena, partía a las 4.45 horas de la madrugada, por lo que no había tiempo que perder. No todos los días se gana una Copa de Europa y no había ninguna excusa para poner el freno de mano. Y eso el grupo, que se está acostumbrando a este tipo de juergas desde hace un año, lo tuvo grabado a fuego. Si se mostraron intensos en la pista para desquiciar al todopoderoso Barcelona, solo faltaría que no lo fueran fuera de ella, sobre todo si hay motivos de sobra.

Así celebró el Palma Futsal en el autobús tras ganar su segunda Champions League

Así celebró el Palma Futsal en el autobús tras ganar su segunda Champions League

Las cervezas empezaron a ser el mejor aliado para aliviar la sed tras un esfuerzo tan intenso, siempre con el capitán Carlos Barrón, uno de los grandes héroes de este título, como líder natural. “Bicampeones de Europa”, “campeones, campeones” o “Palma Futsal”, fueron algunos de los primeros cánticos que se oyeron todavía en la misma pista del Demirchyan Arena de Ereván. Fueron los mismos que retumban en las gradas de Son Moix, pero esta vez sonaron a más de 3.500 kilómetros de distancia. El ya manido “Cómo no te voy a querer”, que tanto ha popularizado la afición del Real Madrid, se adaptó para que formara parte del Palma Futsal.

Bruno Gomes no dudó en marcarse unos bailes que le podrían dar trabajo si no se dedicara al fútbol sala y Jesús Gordillo, otro de los destacados, también puso de su parte con un estilo que despertaba entre las risas y admiración de sus compañeros.

El pabellón se vaciaba, apenas quedaba rastro de las seis mil personas que acudieron a la final, pero las fotografías con el trofeo empezaron a sucederse a medida que se elevaba la euforia. Los jugadores, cuerpo técnico, directivos, patrocinadores, autoridades, con el teniente de alcalde de Cort, Javi Bonet a la cabeza, y Rafael Ramis, uno de los cuatro aficionados que se desplazaron desde la isla para animar a los verde pistacho, se fundieron en uno para festejar un título histórico para el club y para el deporte mallorquín. Los abrazos y los ‘selfies’ se repetían sin parar con destino directo a las redes sociales.

"Chaguinha, quédate"

El autocar que trasladó a la expedición hasta el Hotel Radisson Blu se convirtió en una improvisada discoteca en la que el técnico Antonio Vadillo no disimuló su euforia. Y ahí empezaron a salir puyas que provocaron las carcajadas de todos. “Chaguinha, quédate”, se oyó, a pesar de que saben que el MVP de esta final tiene decidido fichar por el Movistar Inter. “Rivillos, selección”, teniendo claro que el veterano ala tiene muy difícil volver al combinado nacional o incluso “Gordillo, renovación”, ya que todavía no está seguro que el pívot internacional amplíe su vinculación con el club que llegó siendo un niño. Buen humor que evidenció el fabuloso ambiente que reina en el equipo y en una entidad que sigue creciendo a pasos agigantados.

Cléber y Carlos Barrón, capitanes del Palma Futsal, posan en el hotel con Rafael Ramis, uno de los cuatro aficionados del Palma en Ereván. J.M.

Sin embargo, nada despertó más risas cuando desde el fondo del vehículo, donde se suelen colocar los ‘malos’ de la clase, se dirigieron al director general, José Tirado, con un mensaje claro. “¿Dónde están las primas”, le reclamaron haciéndole un guiño al premio que cobrarán por levantar la máxima competición continental.

El calvianer, el alma de este exitoso proyecto, no dudó en alimentar las risas al emular con una bufanda del Palma Futsal el gesto de que recibía latigazos. El aplauso fue general y el lujoso hotel cinco estrellas en el que se han concentrado en Ereván pasó a ser el siguiente escenario de la fiesta. Los futbolistas se dirigieron directamente a uno de los salones privados del hotel para cenar y, por supuesto, beber, y no precisamente agua, con música de fondo. Tampoco era una discoteca, pero tampoco hacía falta que lo fuera. Con un pequeño altavoz que no se separaba de las manos de Bruno Gomes, era suficiente para que la energía se mantuviera. Mientras tanto, Vadillo cumplió con su ya tradición de tumbarse en la cama, en este caso de la habitación del hotel, con el trofeo de la Champions y un buen habano. No es la primera vez que lo hace, pero seguro que tampoco la última.

A las 2 tocaba marcharse hacia el aeropuerto y en ese trayecto los decibelios no bajaron, ni mucho menos. Al ritmo de ‘Nochentera’, la canción que Vicco interpretó en el Velòdrom Illes Balears hace un año antes de la primera final de la Champions, y que también sonó en Foz do Iguaçu (Brasil) cuando conquistaron la Intercontinental, el Palma Futsal disfrutaba de una gesta que ya queda para siempre en la historia del deporte mallorquín. Incluso en la terminal aeroportuaria, bajo la atenta mirada de los presentes, incluidos el Barcelona, Benfica y Sporting de Portugal, que también se marchaban, los verde pistacho celebraron que volvían a ser los mejores de Europa. Este lunes los festejos seguirán en el Consolat del Mar, a partir de las 18 horas, pero esas horas en Ereván antes de volver a la isla se quedan para siempre en sus corazones.