El crimen se producía frente a la casa en la que vive el presunto asesino. Según un testigo, la víctima de quince años llegó con otras dos personas y empezaron a discutir con el hombre de unos cuarenta años hasta que sacó un arma, hizo dos disparos y salió corriendo para esconderse en un bosque cercano. El cuerpo del menor caía sobre unos escalones. Eran las cinco de la mañana cuando su familia recibía la noticia de su muerte: "Estamos todos destrozados porque es impensable. Llegar a hacer lo que ha hecho es imperdonable", contaba Emilio López, bisabuelo de la víctima. Rapidamente comenzaba la búsqueda del fugitivo con el Grupo Especial de Intervención de los Mossos. Saben que tiene antecedentes penales y en el pueblo es conocido por sus problemas con las drogas y su carácter violento. Un helicóptero y varios drones participan en el rastreo mientras los agentes intentan negociar su entrega pero finalmente, pasadas ocho horas, lo encuentran cerca de la fábrica en la que trabaja. En ese momento ni iba armado ni se ha resistido a la detención.