Con la felicidad que da dejar atrás las dos navidades más desangeladas de sus vidas y volver a pasarlas en familia, millones de españoles se desplazan. Los destinos, para todos los gustos, y viajar sin la incertidumbre ni la psicosis de los test, sin restricciones ni videollamadas, deseosos de recuperar el caudal de afectos que movilizan las fiestas, de recuperar el roce. Regresa el bullicio a los aeropuertos, a las estaciones y las carreteras se saturan. La DGT recuerda con el simulacro de un accidente los 54 fallecidos las pasadas fiestas y las consecuencias del alcohol al volante, para que estas navidades tengan un final feliz.