Arranca la Selectividad de la nueva normalidad. Han sobrellevado dos ediciones con estrictos controles para asegurar el uso de gel, aulas a la mitad de su capacidad para garantizar la distancia y mascarillas siempre colocadas. Medidas excepcionales que no ayudaban a templar los nervios. A la salida hoy del pabellón de la Universidad de La Rioja, sensaciones dispares en un acceso a la Selectividad que incorpora otra novedad: este año podrán presentarse con una asignatura suspendida si el claustro de profesores da el visto bueno. Como ellos, el resto de comunidades autónomas se incorporará progresivamente a la tanda de exámenes que deciden el futuro universitario de casi 300.000 estudiantes.