La plaza de la Constitución, último punto de las batallas tras las celebradas en las playas de Can Generós y Can Repic y la del Pont den Barona, ha congregado a 8.000 personas entre público y participantes. Moros y cristianos son los verdaderos protagonistas en una jornada en la que, por primera vez en más de 150 años, las escopetas están proscritas de la fiesta tras el cambio normativo realizado durante la pandemia.