Jaque mate al carbón en Andorra. La villa minera ha visto caer ante sus ojos este jueves el último símbolo de la antaño brillante economía del carbón. Como el rey derrotado que cae sobre el tablero, la imponente chimenea de la central térmica, que medía 343 metros y era la tercera más alta de España, ha sido demolida poniendo punto y final a una historia de idilio, desencanto y agonía del bajo Aragón con el carbón.