En su tradicional mensaje de Navidad, Felipe VI ha alertado de los riesgos a los que se ven expuestas las democracias en el mundo y ha recordado que España no puede vivir ajena a ellos. El monarca ha mencionado "la división, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones" como males que pueden frenar el progreso de nuestra sociedad. El rey ha señalado que es en nuestros valores constitucionales donde los españoles debemos seguir encontrando la unión que nos asegura estabilidad y cohesión. Felipe VI ha reclamado en su discurso unas instituciones "sólidas" que protejan a los ciudadanos y que atiendan a sus preocupaciones, que garanticen sus derechos, y que apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de sus dificultades cotidianas. "Instituciones que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud", ha insistido. Por todo ello, el rey ha pedido realizar "un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva" sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones.