Se le considera el mejor nadador paraolímpico español de todos los tiempos, tras ganar cuatro medallas de oro en las olimpiadas de Pekín. Perdió la vista cuando tenía solo ocho años. Su vida cambio, pero tuvo la fuerza suficiente para afrontar las dificultades.

Cuando abandonó el deporte se dedicó a estudiar psicología. Ahora se dedica a motivar, aunque no le guste esta palabra, para que las personas logren los objetivos que se marcan.