Josefa Vallés y Sara del Mar García han vivido dos épocas muy distintas de la hostelería, pero ambas tienen en común la profesión: son kellys. Josefa ya está jubilada, pero trabajó en los ochenta en un hotel en Palma, donde las cargas de trabajo eran enormes y cuando encadenaba contratos temporales en función de la ocupación del establecimiento. Su cuerpo le dijo basta después de siete años machacándose. Las consecuencias fueron dos operaciones de cervicales, "una artrodesis cervical que me fijó las vértebras 4, 5 y 6". Después de la intervención, el médico le dijo que ya no podía trabajar más en hoteles. Sara del Mar García, 53 años, trabaja actualmente en la zona de Palmanova. Limpia diariamente 24 habitaciones, "y hago unas 60 camas al día". El trabajo es duro. "Las jóvenes ya no quieren trabajar de camareras de piso".