inés Martín habla con apasionamiento y repite varias veces la palabra «inclusión». Es madre de Sara, de 9 años, y de Ana de 7, una niña con síndrome de Down para la que reclama «los mismos derechos» de los que disfrutan todos los ciudadanos, ahora y en su vida adulta.

Pero, lamenta Martín, en estos casos muy a menudo sobrevuela el fantasma de la segregación.