El 5 de marzo de 1973, Isabel Gil, que entonces contaba con solo 20 años volvió a nacer, como el centenar largo de pasajeros que habían despegado de Madrid con destino a Londres. "Pensé que era mi último día y recé, pedí a Dios que me alargara la vida y fíjese si me la ha alargado", celebra la azafata mallorquina de la desaparecida Spantax.

Suerte muy distinta corrieron los 68 ocupantes del otro avión, que también se dirigía a la capital británica después de despegar de Palma. Fallecieron todos como consecuencia de la colisión, incluidos doce mallorquines.