“La primera cosa que tenemos que hacer es cortar el cordón umbilical que une a nuestra economía con la rusa». Las palabras de Josep Borrell, el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, han incendiado las redes sociales y los medios de comunicación por sugerir a los ciudadanos continentales que bajen la calefacción para disminuir la dependencia de quien ataca a Ucrania. En Mallorca, la polémica también está servida. Mientras que algunos vecinos se indignan con el sacrificio que se les pide, otros creen que es correcto que los ciudadanos colaboren para hacer frente a la grave situación energética.