Realizar un trámite con la Seguridad Social se ha convertido en una experiencia traumática para muchos ciudadanos, abrumados por retrasos de semanas y hasta meses para completar gestiones relativas a pensiones, el Ingreso Mínimo Vital, afiliaciones o bajas laborales por enfermedad. En muchos casos, cobros imprescindibles para la economía de las familias que se dilatan después de que esta administración del Estado haya reducido la atención presencial a su mínima expresión.