En la madrugada del sábado al domingo estuve en una fiesta Covid. Sí, en plena pandemia. En esa pequeña casa de la Ma-5013, en Son Oms, corría a la misma velocidad el SARS-CoV-2 que la droga. El primero no se veía, pero se palpaba. La segunda estaba en todas y cada una de las esquinas de la finca, una parcela que a las 5 de la madrugada desalojó la policía. Me dio asco ver lo que vi. Y mucha pena.
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