A la favorita para suceder a Boris Johnson la comparan con Margaret Thatcher, aunque, más que la nueva Dama de Hierro, el apodo que ha calado para Liz Truss es el de la granada humana. La titular de Exteriores encarna el conservadurismo británico más escorado a la derecha. Neoliberal hasta la médula y antieuropeísta, aboga, por la línea dura con Bruselas. Y más dura aún con Moscú. Truss es la máxima encarnación del viaje ideológico con los años: en su juventud participó en marchas antinucleares y fue una activista antimonárquica. Ya no tan joven llegó incluso a votar contra el Bréxit.

Su rival Rishi Sunak era el miembro más popular del ejecutivo británico, por su gestión de la pandemia como titular de Finanzas. Mano derecha de Boris Johnson, se convirtió para éste en su Judas en julio cuando se rebeló contra el Primer Ministro, presentándole la dimisión.

Favorito en un principio, las opciones de Sunak se han desinflado en las últimas semanas. Algunos escándalos, como su presencia en una de las fiestas de Downing Street en plena pandemia o las argucias de su esposa para evitar impuestos, no ayudan para la imagen de este millonario de origen indio. Es el diputado británico más rico, aunque quiere hacer la historia como el primer inquilino de Downing Street no blanco.