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Esports

Nacho Abella, el 'gamer' luchador que triunfa en el equipo de Casemiro

"Sé lo que es currar 15 horas al día", dice el ovetense que tras quedar huérfano cosecha éxitos en el equipo de videojuegos del madridista

Así entrena Nacho Abella, el 'gamer' español en la élite del FIFA

Así entrena Nacho Abella, el 'gamer' español en la élite del FIFA Amor Domínguez | Foto: Miki López

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Así entrena Nacho Abella, el 'gamer' español en la élite del FIFA Lucas Blanco

El 16 de julio de 2017 la vida de Nacho Abella dio un cambio radical. Vicky, su madre, fallecía a los 57 años víctima de un cáncer. Este ovetense tenía entonces 19 años y a sus tíos como único apoyo. Su padre les había abandonado hacía años y él no quería ser una carga. Dejó el módulo de Actividad Físico Deportiva que estudiaba en Grado y buscó empleo. Llegó a trabajar 90 días seguidos compatibilizando la hostelería con el turismo deportivo. Una vida dura con la que salía adelante. En los ratos libres, un poco de PlayStation. Nunca pensó que su buena mano con el FIFA daría otro giro, este muy positivo, a su existencia. “Solía jugar a la consola con mi mejor amigo, Enol, se me daba muy bien y me apunté a un campeonato”. Desde ahí, todo cambió. Ahora juega para el equipo de eSports de Casemiro, el futbolista del Real Madrid, vive en la capital con casa y gastos pagados, tiene un buen sueldo y acaba de clasificarse entre los 32 mejores de la Champions League.

En el colegio Parque Infantil, Abella –apellido materno del que presume– creció exprimiendo los recreos para dar patadas al balón. El fútbol era su pasión. Jugó muchos años. En el Vallobín, en el Real Oviedo, en el Covadonga y en el Rosal. “No era de los que me encerraba en casa a jugar a la consola, mi hábitat estaba en la calle", cuenta.

El Instituto Monte Naranco fue escenario de su adolescencia. Allí sacó la ESO y tomó la decisión de estudiar un módulo relacionado con el deporte, su gran pasión. Pero la pérdida de su madre le obligó a tomar otro camino. “Entraba a las ocho o las nueve para organizar rutas en bici por la senda del oso y luego me iba al Vips de Parque Principado, de donde salía a la una o las dos de la mañana”. Fue en ese tiempo cuando empezó abrirse paso hacia un nuevo mundo. “A diferencia de otros gamers, yo sé lo que es trabajar 15 horas al día”, cuenta este ovetense, que sabe lo que son los éxitos a los mandos de la consola, como el año pasado, cuando terminó subcampeón de España de la liga oficial del FIFA, con los colores del Sevilla.

Antes, ya había destacado representando en la liga al Deportivo de La Coruña, unos éxitos que le sirvieron para que el Case Esports, propiedad del futbolista del Real Madrid Casemiro, se fijase en él. “En octubre me llegó la oferta y desde entonces vivo en Madrid, con todos los gastos pagados y un sueldo que está muy bien”, dice sin desvelar cuánto gana.

Aunque echa de menos Oviedo y sus amigos, Nacho Abella reconoce que vive un momento dulce tras años de sinsabores. “No lo tuve fácil”, suspira al tiempo que muestra una sonrisa de felicidad. “Mi novia, que también es asturiana, está estudiando en Madrid un máster, así que todo nos salió muy bien”, apunta.

Su meta pasa ahora por seguir triunfando en las dos citas más importantes del año. Entre el 23 y el 24 de abril viajará a Estocolmo para competir con los 32 mejores de Europa por un puesto en los cuartos de final. En caso de pasar, peleará por el título en fechas cercanas a la auténtica final de la Copa de Europa de fútbol. También acudirá el próximo mes a Londres para competir en un prestigioso torneo internacional. “Espero estar a la altura”.

El gamer dedica ahora “entre 8 y 10 horas” diarias a jugar, ver partidos y entrenar nuevas técnicas. “El videojuego va evolucionando constantemente y si no te adaptas pierdes la técnica”. Tiene un entrenador que le ha puesto Casemiro, contratado para ayudarle. El jugador del Real Madrid, su mecenas, le visita a menudo. “Me sorprende su humildad y lo llano que es. Él juega más al Counter Strike –videojuego de acción–”.

Una vez conquistada una vida cómoda en Madrid, Nacho Abella aspira a grandes metas. “Mi ídolo gamer es Gravesen, que también es de Oviedo y tiene 100.000 seguidores, y mi sueño es llegar a ser el mejor jugador de FIFA del mundo”, proclama la estrella ovetense de los videojuegos. Sus aspiraciones miran también miran hacia el club de sus amores. “Me gustaría jugar algún día en la liga para el Oviedo. Ya estuve a punto el año pasado, pero no pudo ser´”, dice. Esta temporada, en la Liga española defiende los colores del Elche.

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