Como inspectora de policía y experta en cibercrimen, Silva Barrera ha visto cosas que muchos padres y madres jamás creerían. Por eso, compagina su actividad profesional con la divulgación. Sus charlas y sus artículos tienen un objetivo: ofrecer armas a los progenitores para enfrentarse de una manera sana al mundo 'online' en el que sus hijos han nacido. La agente publica 'Nuestros hijos en la red. 50 cosas que debemos saber para una buena prevención digital' (editado por Plataforma Actual), una guía para fomentar las buenas prácticas digitales y aumentar la tranquilidad familiar.

-Afirma que el primer reto de los padres y las madres es conocer internet y las redes sociales.

-No hace falta tener un máster, pero el conocimiento es algo básico. Y hablo también de los videojuegos, que conste. Si tu hijo empieza en ese mundo no puede ser que tú lo ignores todo. Deberías conocer, por lo menos las normas y la edad para la que están permitidos.

-¿A qué están abocados los padres si no lo hacen?

-A que la fuente de información y conocimiento de sus hijos sea la red, que es un mundo adulto y sin filtros. Consumirán la información que ellos quieran.

"-Podemos darle a un niño de tres años un móvil… siempre y cuando no tenga internet", advierte en su libro.

-Con tres o cinco años hay niños que saben buscar en Google, es innato en ellos. Es imprescindible disponer de mecanismos técnicos de control para que no accedan a determinadas contenidos. Si no lo haces estás minimizando el riesgo. En el momento que pierdas de vista a tu hijo puede aparecerle en la pantalla un 'banner' publicitario, que le lleva a un casino. Si tú le dejas el móvil para que juegue tienes que saber que tu teléfono tiene tu historial y tus aplicaciones. Todo eso lo rastrea el videojuego que le has descargado y tendrá contenidos publicitarios relacionados con lo que tú has consumido, así que no te extrañes si tu peque acaba en un casino 'online'. Y si tienes vinculada tu tarjeta de crédito te puedes imaginar qué puede ocurrir. La red lo pone todo fácil y rápido.

-¿Qué armas tenemos para combatir todo esto?

-La primera, predicar con el ejemplo. Deberíamos pasar el menor tiempo posible en internet delante de nuestros hijos. Si tenemos redes sociales, tengamos cuidado. Si estamos todo el día publicando vídeos e información personal ellos lo terminarán viendo como algo natural. Cuando nos enfrentemos a ellos por esto nos podrán decir: "si tú lo haces ¿por qué yo no?" Antes de dar un móvil con conexión a internet, establece normas y límites. Con un contrato, por ejemplo.

-¿Un contrato con nuestros hijos?

-Sí, para dejar muy claras las normas. Los menores se comprometerán a navegar solo en las páginas y aplicaciones en las que sus padres le han dado permiso. También se comprometerán a usar internet de forma positiva, ni para insultar a nadie ni para meterse con los amigos. Se pactará el tiempo de conexión y se aceptará que los padres revisen el móvil de vez en cuando. Si tu chaval firma todas esas condiciones, entonces dale el 'smartphone'. Y déjale claro que si las condiciones se incumplen habrá consecuencias, que pueden ser, por ejemplo, dos días sin teléfono. O un mes.

-¿Qué más armas tienen los padres y madres?

-Establecer relación de confianza con ellos. Si tú estás todo el día diciendo que el móvil es una mierda y que internet es lo peor no consigues nada porque es el mundo en el que han crecido y van a vivir. No es una moda pasajera, es una realidad con mucha información, mucho consumismo, muchas relaciones sociales y muy rápida. Si le privamos de eso, te cogerá el móvil a escondidas o se lo cogerá a otra persona. No criminalices internet y la tecnología. El niño debe saber que puede contar contigo. Las redes sociales se pueden utilizar desde los 14 años. ¿Quiere hacerse un perfil? Pues lo creáis juntos.

-Advierte de que nunca deberían poner su foto. También recomienda a los padres no poner las fotos de sus hijos en sus redes sociales.

-Es que hay que respetar la privacidad del menor y nunca sabes qué puede pasar. Muchos padres, por no decir todos, ponen en sus perfiles las fotos de sus hijos. Como excusa dicen que poca gente tiene su teléfono. Es verdad que no hay tanto depredador suelto por ahí, pero intentemos respetar al máximo la privacidad de nuestros hijos y su imagen.

-A muchos padres y madres les preocupa, y con razón, el 'ciberbullying'.

Los padres no deberían permitir a los niños hacer grupos de WhatsApp. ¿Para qué? Para empezar si tienes menos de 16 no puedes usar -esa red social. Como adultos sabemos que esos grupos duran mucho tiempo y que en muchas ocasiones solo sirve para enviar vídeos y cosas estúpidas. Sabes que va a pasar eso, así que ¿por qué permites a tu hijo que lo haga? ¿Quién va a estar en ese grupo? ¿Quién lo va a administrar, un niño de 12 años?

-Si no les dejamos estar nos acusarán de ser los parias de la clase.

-Vale, pues entonces estáte pendiente de ese grupo y dile que a la mínima que veas algo raro, ya sea fotos raras o insultos, se tendrá que salir. Hay menores que se graban desnudos en los vestuarios escolares y luego lo ponen en el grupo de WhatsApp. ¿Son conscientes de que pueden terminar siendo acusados de intercambio de pornografía infantil?

-¿Pueden los padres espiar el móvil de sus hijos?

-Hay quien lo hace, pero los niños tienen derecho a la intimidad. Eso sí, si sospechas que algo está ocurriendo con tu hijo tu deber como padre es asegurarte de que está a salvo.