Todos pensamos en alergia y lo hacemos sobre la primavera. Es la época del año que asociamos con la mayor parte de los síntomas de las alergias, coincidiendo con la polinización de las gramíneas y del olivo; si bien hay otras estaciones del año en las que se pueden desencadenar problemas alérgicos, debido a otros pólenes o por la exposición a animales, ácaros del polvo, u hongos ambientales, como así sucede en el otoño.

   Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), quien apunta en primer lugar a los pólenes de la salsola en esta temporada, las plantas que cuando están secas ruedan con el viento en las películas de vaqueros.    "Aunque suelen dar problemas alérgicos a finales de la primavera y durante el verano, en este 2021 las temperaturas han sido muy agradables durante los primeros días del otoño y han permitido que la salsola mantenga su polinización durante el mes de octubre. No obstante, con la llegada del frío se secará y veremos rodar por los campos sus restos", subraya.

   Otra planta que puede dar problemas alérgicos en el otoño, según prosigue, es la artemisa, aunque solo afectará si se está a pocos metros de ella, porque su polen se desplaza a pocos metros de distancia de su origen. "Por ese motivo suele afectar a personas que realizan senderismo o que viven cerca del campo", agrega.

   Asimismo, el alergólogo hace referencia a la familia de las cupresáceas, entre las que se encuentran los cipreses y las arizónicas, que dan problemas alérgicos en los meses de invierno, pudiendo dar síntomas desde diciembre. "A esta familia también pertenecen los enebros y las sabinas, que polinizan en el otoño y no se suelen encontrar en las ciudades, por lo que al igual que la artemisa solo afectará a alérgicos que vivan o suelan acudir al campo. Además, la parietaria, que es una maleza, emite pólenes a lo largo de todo el año pudiendo dar síntomas también en el otoño", subraya el experto.

Los ácaros

   Eso sí, resalta que, dado que la llegada del otoño se acompaña de una bajada de las temperaturas, y con ello la utilización de calefacciones y una disminución de la ventilación, también en esta época se favorece la presencia de los ácaros en los domicilios. "El aumento de la humedad ambiental facilita la aparición de hongos, como la alternaria, que se puede encontrar tanto en el exterior, como en el interior de los domicilios. De igual manera que en el caso de los ácaros y de los hongos, el descenso de las temperaturas hace que permanezcamos más tiempo en casa, y que, por ello, sea más probable que aparezcan alergias a los epitelios de animales, como perros, gatos, cobayas, conejos y plumas de pájaros", agrega el especialista de la SEAIC.

¿Alergia o covid-19?

   Sobre los síntomas de la alergia respiratoria en el otoño, el doctor Moral de Gregorio apunta que son los mismos que los de otras estaciones del año, manifestándose en forma de picor de ojos y de nariz, lagrimeo, estornudos, mucosidad nasal transparente y obstrucción nasal. "Además, pueden asociarse síntomas de asma, en forma de tos seca persistente, pitidos en el pecho y dificultad para respirar", apostilla.

   En este contexto de pandemia, el alergólogo mantiene que para diferenciar una alergia de una infección de COVID-19 lo que nos debe hacer sospechar que es alergia, sobre todo si es debida a pólenes, es que los síntomas se recrudecerán cuando el paciente esté al aire libre y, mejorarán notablemente, cuando permanezca en sitios cerrados.    "Además, los síntomas de la rinitis alérgica suelen remitir con cierta rapidez tras la toma de antihistamínicos. La presencia de fiebre es nula en la alergia, salvo que se complique con sinusitis aguda. La covid-19, en cambio, suele presentar fiebre, dolor de cabeza, fatiga, tos seca, dificultad para respirar, pérdida de olfato y del gusto, además de síntomas digestivos como diarrea", detalla el experto.

Las mascarillas

   En cuanto a si las mascarillas pueden ayudar a los alérgicos a la hora de presentar más o menos síntomas, el especialista de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica afirma que efectivamente las tres variedades de mascarillas existentes (higiénicas, quirúrgicas y de protección FPP) van a proteger frente al coronavirus, al igual que contra alérgenos como pólenes, ácaros del polvo y hongos.

   "Estos dispositivos están diseñados para proteger al portador de la inhalación de humos, microorganismos (bacterias, virus) y material particulado transportado por el aire, así como para proteger a los demás cuando el portador pueda contagiar alguna enfermedad. Entre el material particulado que se encuentra en la atmósfera, están las PM2,5 que provienen de la combustión del diesel y del desgaste de neumáticos y frenos, pero sobre todo los pólenes y también los ácaros del polvo, hongos y epitelios de animales", agrega.

   En su opinión, ha tenido que llegar la infección del coronavirus SARS-CoV-2, para que se haya hecho normal en 2020 el utilizar la mascarilla. "Dicen que 'no hay mal que por bien no venga', y como consecuencia de la utilización de las mascarillas para evitar el contagio por el coronavirus, los alérgicos van a presentar menos síntomas al disminuir la exposición a pólenes, ácaros y hongos, siendo más habitual en los años venideros que los alérgicos las sigan utilizando", destaca el doctor Ángel Moral de Gregorio.

Tratamiento

   Por otro lado, en cuanto al tratamiento de la alergia respiratoria otoñal el presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC indica que es similar al de la alergia que se produce en otras estaciones del año: "Los pacientes que padezcan este tipo de patologías deben acudir al alergólogo para ser diagnosticadas y recibir una terapia acorde a su malestar, tanto en el caso de niños como en el de adultos".

   En concreto, indica que los síntomas de rinoconjuntivitis se tratan con antihistamínicos oculares u orales y corticoides intranasales; mientras que los de asma con corticoides inhalados y broncodilatadores. "Otros tratamientos disponibles para el asma son los antileucotrienos, los corticoides orales y los anticuerpos monoclonales", subraya.

   Ahora bien, el alergólogo recuerda que el tratamiento sintomático resuelve la crisis, pero no cura la alergia. "Por este motivo, debe llevarse a cabo el tratamiento específico de la alergia, con la vacuna o la inmunoterapia específica. La inmunoterapia es el único tratamiento que ha demostrado cambiar el curso natural de la alergia respiratoria. La vacuna permite mejorar la tolerancia con el alérgeno responsable de la respuesta alérgica, y además disminuye el consumo de medicamentos", agrega.

Consejos

   En última instancia, y teniendo en cuenta que el descenso de las temperaturas, el aumento de la humedad ambiental, un mayor tiempo de estancia en los hogares y una menor ventilación en los mismos pueden favorecer la aparición de alergias en otoño, el doctor aporta una serie de recomendaciones que pueden ser muy útiles a la hora de prevenirlas:

   · Cambiar los filtros de la calefacción y del aire acondicionado, con el objetivo de evitar bombear aire con polen o ácaros.

   · Evitar los peluches en las camas de los niños, y lavar con frecuencia las sábanas, así como limpiar el polvo con regularidad, con más empeño si cabe en los dormitorios.

   · Evitar la exposición prolongada en zonas con árboles de hoja caduca u otras plantas cuyo periodo de polinización tiene lugar en otoño.

   · Lavar las sabanas y las fundas una vez por semana en agua caliente (50°C) y asegurar su correcto secado antes de guardarlas o de volver a usarlas.

   · Cubrir el colchón con una funda especial a prueba de ácaros y efectuar una limpieza superficialmente del colchón al menos una vez al mes

   · Llevar a cabo una ventilación adecuada de cada una de las habitaciones del hogar, de esta manera evitaremos una concentración elevada de ácaros o cualquier otro tipo de alérgenos; preferiblemente se deberá realizar a primera hora o a última hora del día, ya que en las horas centrales (entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde) es cuando mayor cantidad de pólenes hay en el ambiente por ser las horas de más luz y calor.

   · Evitar la acumulación de hojas secas típicas del otoño en nuestro jardín y zonas exteriores.

   · Dejar que el sol entre en el hogar, de esta manera disminuimos la humedad, principal factor de concentración de alérgenos.

   · La utilización de purificadores de aire mejora la calidad del aire en los domicilios, disminuyendo la presencia de pólenes, ácaros, hongos y epitelios de animales.