En el último año, en Estados Unidos y otras partes del mundo, se ha observado un incremento en el número de adolescentes que van al médico por unos tics que, aparentemente, no tienen explicación. Así lo explica la neuróloga Carolina Olvera en The Wall Street Journal donde alerta de la anormal cantidad de visitas, principalmente mujeres, que están recibiendo con este tipo de consulta, ya que están "atendiendo a 30 chicas cuando solo veíamos a unas 10 al año".

Este tipo de tics son "severos y disruptivos" y están causando "muchos problemas a estas niñas", según comenta Olvera, las jóvenes no podían ni hablar mientras los tenían y la mayoría eran movimientos de brazos. Además, los sanitarios ven comportamientos como gritos e insultos, típicos de los pacientes de Tourette que se ven en las películas, que no se asemejan a los síntomas del síndrome, explica la neuróloga.

Los médicos pensaron, en un inicio, que sería una reacción al estrés por la pandemia, como se ha visto con trastornos de ansiedad o depresión. Sin embargo, las jóvenes coincidieron en el visionado de vídeos de la red social de TikTok y la doctora Carolina Olvera se vio obligada a registrarse en la plataforma para ver cuáles eran los vídeos de los que hablaban las adolescentes. Lo que visualizó era muy similar a lo que les ocurría a las pacientes "tenían la misma edad, hacían los mismos movimientos, las mismas vocalizaciones, se parecían tanto que era muy llamativo". Olvera decidió mostrar estos vídeos a sus compañeros de profesión y se quedaron tan impactados como ella, así que decidieron llevar a cabo un estudio y ver si había alguna conexión entre los vídeos y los tics de los pacientes.

El origen del problema, según publica en The Wall Street Journal se originó cuando un grupo de personas con síndrome de Tourette empezaron a publicar vídeos sobre su enfermedad para desestigmatizar y concienciar sobre la misa. En las publicaciones se ve como sus tics condicionan su vida cotidiana, mostrando tareas como cocinar. A raíz de la pandemia, más y más gente se ha unido a esta red social y este tipo de vídeos se han vuelto virales, de hecho "algunos investigadores de Reino Unido se han dado cuenta de que en el hastag Tourette hay 4.800 millones de visualizaciones".

Una de las jóvenes afectadas, Kayla Johnson, explica que estuvo una temporada viendo estos vídeos durante una a dos horas al día. De pronto, se dio cuenta de que tenía un pequeño tic en el cuello que fue empeorando con el tiempo, "en tan solo una semana, mi tic empeoró y se hizo más frecuente y severo: cada 10 minutos tenía un espasmo de dos minutos en el que no podía mover en cuello". No fue hasta unos meses después cuando se dio cuenta de que sus espasmos tenían relación con los muchos vídeos que había visto. Kayla fue diagnosticada con un trastorno neurológico funcional, el mismo que reciben la mayoría de adolescentes que han ido a su consulta con los mismos síntomas.

La neuróloga Carolina Olvera afirma que "todos los pacientes están mejorando y ha habido un descenso de consultas por este motivo". Aunque no se sabe a ciencia cierta el porqué de estos sucesos médicos, se cree que es debido a la relajación de restricciones y que "los contagios de coronavirus están bajando, lo que podría estar relacionado".