Muchos creen que una buena parte de las enfermedades que padece la humanidad son fruto de las relaciones sexuales entre hombres y animales pero ¿es cierto o es tan sólo una leyenda?

Actualmente, una de las ideas más extendidas es que el origen del SIDA se debió a la relación sexual entre un hombre y un mono. Dicha afirmación se basa en que el virus VIH procede de los primates africanos. Sin embargo, recientemente se ha publicado un artículo que, por fin, arroja un poco de luz al respecto. Para empezar, fija en 1908 el origen de la enfermedad en los humanos pero ¿por qué? Pues porque fue entonces cuando un cazador abatió a tiros a un chimpancé y, al manipular el cadáver del animal, entró en contacto con su sangre infectándose por VIH. Ese fue el primer caso. Como ven, nada que ver con la famosa relación sexual entre una persona y un animal. Fin del mito.

Otro caso parecido es el de la sífilis, una de las enfermedades de transmisión sexual que, hasta el descubrimiento de la penicilina, más personas ha matado. Lo curioso es que, en muchos lugares, a la misma se la conoce como: "el mal de los españoles". La explicación procede de la época del descubrimiento de América. Por aquel entonces, muchos soldados españoles desplazados hasta allí fueron acusados de mantener relaciones sexuales con animales, concretamente con llamas y alpacas, contagiándose supuestamente así de esta enfermedad de la que también son portadoras las mismas. Sin embargo, tampoco es cierto. Aunque la enfermedad sí es parecida en ambos, el patógeno que la causa no es exactamente el mismo. Así que, fin de otro mito.

Lo que ya es más difícil de desmontar es el reciente contagio de rabia en el norte de África por parte de unos adolescentes. Entre otros motivos porque fueron ellos mismos los que confesaron haber contraído la enfermedad tras haber mantenido relaciones sexuales con una burra. En fin, sin comentarios.

Así que, por un lado, lo que está claro es que "el bestialismo", es decir, el mantenimiento de relaciones sexuales con animales o, mejor dicho, la violación de éstos, aunque no esté en el origen de todas las enfermedades sí podría estar en el de algunas. Y, por otro, que, al margen de enfermedades y contagios, se trata de una realidad indigna y aberrante que sólo pueden ejercer aquellos que carecen de respeto alguno por otro ser.