Dentro del 'plan renove' de Carlos IIIesto es recorte de gastos y movimiento de palacios, ahora le ha tocado el turno a la Angela Kelly, la modista y confidente de Isabel II durante más de 20 años. Según ha publicado 'The Daily Mail', la famosa estilista -la hija de un estibador de Liverpool que se convirtió en la mano derecha de la monarca más longeva que ha habido en el Reino Unido-, teme ser la nueva "víctima de la reorganización de propiedades" del rey poco antes de su coronación, el 6 de mayo.

Antes que ella, el rey de Inglaterra les pidió este mismo mes a los duques de Sussex que desalojaran Frogmore Cottage para permitir que el príncipe Andrés ocupara la casa después del verano, dada su delicada situación económica tras ser relacionado con el millonario pedófilo Jeffrey Epstein, y después de que le fueran retirados todos los títulos militares y patronatos reales que poseía precisamente por el mismo escándalo. Las conversaciones entre el palacio de Buckingham y Enrique y Meghan, que ahora viven en Montecito, California (EEUU), se activaron desde que el duque de Sussex publicó en enero sus polémicas memorias, 'En la sombra', que enojaron terriblemente a la casa real británica.

Promesa de Isabel II

Aunque tenía la promesa de Isabel II de que podría disfrutar de su "modesta" casa adosada en Windsor de por vida, en las próximas semanas Kelly, de 65 años, deberá hacer las maletas y buscarse otro hogar. Durante muchos años ella fue una de las personas más cercanas a la reina y con más influencia en palacio, pero tras la muerte de la soberana, cierto es, se ha quedado sin trabajo. Camilla tiene su propio equipo de estilismo.

Es el segundo chasco para Kelly, pues tras la muerte de Isabel II, Carlos le otorgó a Kelly la distinción de Comandante de la Real Orden Victoriana, en lugar de Dama Comandante como algunos presuponían que le daría.

Y es que la señora Kelly ha sido toda una figura en la corte.

Ama de llaves en Alemania

Ella y la reina se conocieron por casualidad en un viaje que la soberana británica hizo a Alemania. En ese país trabajaba entonces Kelly como ama de llaves en la residencia del embajador de Reino Unido. Aprovechó el encuentro para expresarle a la reina que quería volver a Inglaterra. Tan solo un año después, Isabel II la contrató como ayudante de vestuario.

Aunque no tiene ningún estudio formal, Kelly, que se ha casado tres veces, es la autora de algunos de sus atuendos más icónicos y coloridos, a juego con los sombreros, como el dos piezas amarillo pálido que vistió en la boda de Guillermo y Catalina, en 2011, o el conjunto verde menta que lució para el Jubileo de Diamante en 2012.

Kelly acompañó a la reina en incontables eventos, por ejemplo, cuando acudió a la Semana de la Moda de Londres, en febrero de 2018, y se sentó al lado de Anna Wintour, la editora de 'Vogue' USA.

Probadora de zapatos

Y como gastaban hasta la misma talla de zapato, Kelly siempre se ponía antes cada par nuevo que le hacían a la reina, para domarlos y que no le dolieran los pies. "La reina tiene muy poco tiempo para sí misma y menos para probarse sus propios zapatos, y como calzamos el mismo número, tiene más sentido así", ha explicado refiriéndose a los "zapatos de trabajo", como los llamba Isabel II, esos siempre en negro o en marrón y con un tacón cómodo cuadrado de 5 centímetros (unos mocasines a medida de 1.200 euros, de los que solo prescindía de ellos en las ceremonias y en Balmoral).

Se hicieron tan amigas que la soberana creó, en 2002, un cargo a su medida. En él, la modista era la responsable de cuidar hasta el más mínimo detalle de sus apariciones públicas. Técnicamente era Ayudante Personal, Asesora y Comisaria de Joyería, Insignias y Vestuario. Pasaron todo el confinamiento juntas, en el castillo de Windsor.

El temperamento de 'AK47'

Apodada como 'AK47', un juego de palabras con sus iniciales y el rifle de asalto ruso, Kelly es una mujer de temperamento fuerte. Se dice que una ocasión arrojó una bolsa de basura a un miembro del personal de 'catering' después de que le sirvieran el almuerzo tarde antes de una investidura.

"Me ha permitido ser una persona cercana a ella, aunque nunca me paso de la raya. Solemos hablar de ropa, maquillaje y joyas como dos mujeres normales", explicó la estilista hace unos años, que además tenía el permiso de la soberana para publicar libros con información sobre su labor de estilista real. Como así lo hace en el título 'La otra cara de la moneda. La reina, el tocador y el armario'.

Sin embargo, nada de eso parece haber pesado para que Carlos III se proponga desalojarla. Funcionarios de palacio han explicado al citado diario que "se están haciendo recortes" y que "le han dicho que pronto tendrá que mudarse". Las mismas fuentes aseguran que en cuestión de días, se cambiarán las cerraduras de todos los armarios de los que tenía llaves.