Madonna está hasta las narices de las críticas que recibe por algo tan natural como cumplir años y tener un aspecto físico diferente a cuando a finales de los 70 llegó a Nueva York con una mano delante y otra detrás, 35 dólares en el bolsillo y unas ganas infinitas de comerse el mundo. A sus 64 años, acaba de anunciar nueva gira, 'The Celebration Tour', que recalará en otoño en Barcelona, y en la que repasará cuatro décadas de megaéxitos, y también ha sido una de las encargadas de presentar un premio en la gala de los Grammy del pasado domingo.

Introdujo la actuación de Sam Smith y Kim Petras, quien se ha convertido en la primera mujer trans en ganar un 'gramófono' Mejor Dueto, si bien hay que puntualizar que no es la primera trans en conseguir uno de estos premios de la música, pues Wendy Carlos, una compositora de música electrónica que hoy tiene 83 años, ya obtuvo tres galardones en 1970 por su álbum 'Switched-On Bach', anterior a otras bandas sonoras posteriores que la lanzaron al estrellato: 'La naranja mecánica' (1972) y 'El resplandor' (1980) y 'Tron' (1982).

Pues bien, Madonna, adalid de los derechos LGTBI+, ha reconocido en Instagram que, aunque "quería dar el último premio, el del Álbum del Año", se sintió orgullosa de presentar a "la primera mujer trans actuando en los Grammys, un momento para la historia. ¡Y encima ganó un Grammy!". En un extenso comunicado Instagram ha aprovechado para cargar, una vez más, contras los que se meten con su aspecto físico y en especial el estado de su cara tras sus diversas operaciones estéticas.

"En lugar de centrarme en lo que dije en mi discurso, que era acerca de dar gracias por la valentía de artistas como Sam y Kim, ¡muchas personas eligieron comentar las fotos de primer plano tomadas con una cámara de lente larga por un fotógrafo de prensa que ¡distorsionan la cara de cualquiera!", se ha quejado la diva.

"Discriminación por edad"

Madonna denuncia que, de nuevo, es víctima "de la discriminación por edad y la misoginia que impregna el mundo en el que vivimos". Y añade que nuestra sociedad "se niega a celebrar a las mujeres mayores de 45 años y siente la necesidad de castigarlas si siguen siendo fuertes, trabajadoras y aventureras".

De forma categórica asegura que no piensa pedir perdón. "Nunca me he disculpado por ninguna de las elecciones artísticas que he hecho ni por mi apariencia o por cómo visto y no voy a empezar ahora", señala.

"Degradada"

"He sido degradada por los medios desde el principio de mi carrera. Entiendo que todo esto es una prueba y estoy feliz de ser pionera para que a todas las mujeres que vengan detrás de mí les sea más fácil en los próximos años", escribe, antes de concluir: "Como decía Beyoncé, 'No me romperán el alma'".