Una exclusiva estancia en el corazón del complejo que acogerá la próxima edición de la Copa Solheim, versión femenina de la Copa Ryder de golf, ha sido el lugar elegido por el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, para descansar y jugar al golf en la jornada previa a su paso por el foro DES-Digital Enterprise de Málaga.

Construido sobre una superficie de 215 hectáreas y calificado como uno de los mejores 50 hoteles del mundo, este exclusivo enclave cuenta con villas de estilo mediterráneo de más de 400 metros cuadrados, lujosas propiedades con vistas a Sierra Bermeja o habitaciones y suites con piscina privada de casi 200 metros cuadrados.

Club de playa, zona de sauna y balneario, gimnasio, pistas de tenis, varios restaurantes temáticos, galería comercial y uno de los campos de golf mejor valorados a nivel internacional, según la revista 'Golf Diges', completan la propuesta de un complejo hotelero en el que alojarse cuesta más de 300 euros la noche en temporada alta.

Obama llegó al aeropuerto de Málaga este domingo sobre las 20:30 horas y desde allí se desplazó hasta el municipio malagueño de Casares, al que llegó alrededor de una hora más tarde en medio de un importante dispositivo de seguridad que incluía, entre otros, sus propios vehículos y equipo de seguridad.

La presencia de “una pila de agentes de la Guardia Civil” en las inmediaciones de Finca Cortesín alertó a los vecinos y negocios de este turístico municipio de la Costa del Sol de que “algo raro pasaba”, ha comentado a EFE Juan Pareja, camarero del restaurante Bahía Casares.

Al día siguiente los vieron pasar de nuevo alrededor de las 16.30 horas de la tarde, cuando regresaban de Valderrama, un prestigioso campo de golf en Sotogrande (Cádiz).

Se trataba de una comitiva formada por cuatro coches negros y una furgoneta escoltados por cinco vehículos del Instituto Armado a toda velocidad en dirección al hotel, ha detallado Pareja.

“Uno de ellos llevaba una banderita americana como en las películas”, ha comentado entre risas, y aunque para esa hora ya sabían que se trataba del expresidente de EEUU, no alcanzó a reconocer quien iba en su interior, confiesa.

La estancia de Obama en Finca Cortesín se ha convertido en el tema de conversación de los vecinos de esta turística localidad del litoral malagueño de poco más de 6.000 habitantes, ha explicado a EFE su alcalde, José Carrasco.

“En el hotel son muy discretos y no suelen decirnos a quien tienen alojado -ha apuntado Carrasco- pero hoy todo el mundo hablaba de ello -fuera y dentro del pueblo- algo que supone una publicidad muy buena para Casares después de dos duros años de pandemia”, ha subrayado.

No es la primera vez que el exmandatario americano o su familia eligen la Costa del Sol para descansar en sus viajes a Europa; en agosto de 2010 Michell Obama, todavía primera dama de EEUU, y su hija Sasha se hospedaban junto a unos amigos en Villa Padierna en Marbella; y en 2019 lo hacían en el Gran Hotel Miramar de la capital.