La separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin tras la publicación de unas imágenes del ex jugador de balonmano en actitud cómplice y cariñosa con una compañera de trabajo llamada Ainhoa Armentia, ha situado en el punto de mira a toda su familia.

Y es que tal ha sido la conmoción que ha supuesto la "interrupción" del matrimonio de los ex duques de Palma después de 24 años unidos contra viento y marea, que es inevitable que día tras día intentemos obtener algún tipo de reacción o declaración por parte de alguna de las personas más cercanas a Doña Cristina, como su hermana, la Infanta Elena, su sobrina Victoria Federica o su prima, María Zurita.

Al margen de la separación de sus tíos, pero afectada y abrumada por la presión mediática que está soportando en los últimos días, Victoria intenta continuar con su vida sin pronunciarse sobre la última polémica que ha sacudido a su familia.

Si después del comunicado emitido por la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin anunciando su separación matrimonial la sobrina de Felipe VI se mostró visiblemente agobiada y fue su novio, Jorge Bárcenas, quien se encargó de protegerla pidiendo a la prensa que por favor la dejasen en paz, ahora Victoria ha reaparecido visiblemente más tranquila pero muy seria y sin nada que decir sobre el delicado momento que atraviesa su tía.

Acompañada de Jorge Bárcenas, quien se ha convertido en su gran apoyo y del que apenas se separa en los últimos días, la hija de la Infanta Elena dio un tranquilo paseo por los alrededores del piso que comparten en la capital. Lejos de pronunciarse sobre el asunto del momento, la sobrina de Doña Cristina prefiere mantenerse al margen y muy amable, se limitó a decir "muchas gracias" ante las preguntas sobre su familia.

Apostando por la comodidad y presumiendo de su inconfundible estilo que la ha convertido en una de las influencers del momento, Victoria lució sus ya famosos vaqueros serigrafiados con el logotipo de Louis Vuitton - con un precio que ronda los 2.000 euros - y un plumífero oversize en color negro, ideal para las bajas temperaturas que hace estos días en la capital. Sin gota de maquillaje, su rostro, serio y apagado, acusa la presión que ha sufrido en los últimos días.