Amancio Ortega decidió pasar parte del verano en un lugar exótico del Mediterráneo que, pese a la riqueza de sus paisajes y su suculenta oferta de ocio, todavía es un destino poco habitual en España.

A estas alturas del año el empresario suele dejarse ver en la costa gallega a bordo del Valoria B, pero este año eligió otro destino y otro navío. No obstante, el pasado 6 de junio se dejó ver en la ría de Aldán a bordo de su yate.

Las vacaciones de Amancio Ortega en su yate

Amancio Ortega suele decantarse por el Valoria B para disfrutar su tiempo de asueto, el navío permanece atracado en el puerto deportivo Juan Carlos I de la localidad de Sanxenxo. Es relativamente frecuente encontrar al magnate de la moda navegando en la Ria de Aldán o en la de Arousa. Marta Ortega, sin embargo, se inclina por el Drizzle, un navío de lujo de sello germano.

Este verano parecen haber intercambiado sus preferencias porque es el padre quien disfruta del Mediterráneo en el megayate.

El yate de Amancio Ortega. Yatch Charter Fleet

El empresario está en Montenegro, concretamente en Tivat, la capital de una de las regiones adriáticas más desconocidas en España.

No es la primera vez que se decanta por ese destino, y en esta ocasión su periplo comenzó en Mónaco, donde suele pasar el invierno.

De allí zarpó rumbo a Génova, donde permaneció hasta el 12 de julio. A continuación navegó hasta la citada Tivat, donde recaló el 19 de julio y donde permanece.

El Drizzle otorga todo lo necesario para desconectar en sus 67 metros de eslora y 11 de manga.

Puede acoger a 10 personas en sus 5 camarotes, dos de ellos dobles con camas separadas, otros tres individuales y la suite principal.

El barco está dotado de una zona para comidas en la zona inferior y en cubierta, salones con acabados de lujo y una pantalla de cine. Además, incluye una zona perfectamente acomodada para la tripulación que puede llegar a estar compuesta por 18 personas.

El barco se construyó en 2012 y tiene una autonomía considerable en relación a su peso: puede viajar sin repostar desde Galicia a Nueva York, donde la distancia náutica no llega a las 4000 millas, y es obra del astillero holandés Feadship, que entregó el barco a su actual propietario hace apenas un año.

Tanto su diseño interior como el exterior, de corte clásico, corrieron a cargo de De Voogt, una tradicional compañía de arquitectos navales ahora asociada al astillero.