El truco definitivo para limpiar las persianas por fuera sin jugarte la vida

Te contamos cuál es la mejor forma para acabar con toda la suciedad de esos lugares que te parecen inaccesibles

El truco definitivo para limpiar las persianas por fuera sin jugarte la vida

El truco definitivo para limpiar las persianas por fuera sin jugarte la vida

Redacción

Cuando llueve, las ventanas y persianas pueden ensuciarse rápidamente, especialmente si la lluvia arrastra polvo o calima en suspensión, lo que puede provocar que las lamas de las persianas se cubran de tierra. En general, las persianas son las que más sufren cuando llueve, ya que las solemos bajar para proteger los cristales.

Pero, ¿cómo podemos mantener las persianas limpias e impecables? ¿Y qué hacemos si vivimos en un piso alto y necesitamos limpiar las persianas por fuera?

Si tienes acceso directo a las ventanas, limpiar las persianas será mucho más fácil y seguro. Sin embargo, si vives en un edificio y tu vivienda está en un piso alto, no te preocupes, hay soluciones para que puedas limpiar tus persianas sin tener que arriesgar tu vida.

En este artículo, te daremos algunos consejos para limpiar tus persianas exteriores de forma segura y efectiva, sin importar la altura de tu piso.

Cómo limpiar las persianas por fuera

En primer lugar, es importante que limpies las persianas por fuera antes de hacerlo por dentro, ya que esto te facilitará la tarea. Para limpiar las persianas por fuera, simplemente baja la persiana todo lo que puedas y comienza a limpiarla.

Es fundamental destacar que todas las persianas enrollables tienen un cajón en el que se enrolla la persiana cuando se sube. Este cajón puede estar cerrado a presión o tener enganches en la parte delantera para cerrarlo, o incluso estar asegurado con tornillos. Antes de limpiar la persiana, asegúrate de verificar el tipo de cierre y abre el cajón hasta que puedas ver la persiana enrollada.

A continuación, para avanzar en la tarea de limpieza de la persiana, utiliza un cepillo con cerdas suaves para pasar por toda la superficie del lado que tienes frente a ti y que irás enrollando progresivamente hacia el extremo inferior. De esta manera, eliminarás el polvo adherido en la superficie y facilitarás la limpieza posterior. Si las persianas están muy sucias o polvorientas, el trapo que uses para limpiar se ensuciará rápidamente y te costará el doble de trabajo.

Después de cepillar, elimina toda la suciedad acumulada en el cajón de la persiana, ya sea aspirándolo o barriéndolo. Luego, comienza la limpieza de la persiana por fuera usando una mezcla jabonosa que ya hayas preparado previamente. Puedes añadir vinagre de limpieza o amoníaco a la mezcla, según tus preferencias (el amoníaco es más potente y eliminará más grasa, pero dependerá de tus gustos).

A continuación, sigue estos pasos:

  • Baja completamente la persiana.
  • Humedece un trapo, bayeta o cepillo suave en la mezcla jabonosa y frota toda la superficie de la persiana que puedas alcanzar dentro del cajón.
  • Enjuaga el trapo y vuelve a limpiar la zona de la persiana que acabas de frotar.
  • A medida que avanzas en la limpieza, enrolla la persiana progresivamente.
  • Las últimas lamas que están fuera de tu alcance dentro del cajón, puedes limpiarlas simplemente doblando el brazo y sacándolo por fuera.

Una vez hayas limpiado toda la persiana por fuera, cierra el cajón y prepárate para limpiar la persiana por dentro, la parte más fácil.

  • Para empezar, baja completamente la persiana para limpiar las lamas más altas, pero ten cuidado de dejarlas abiertas lo suficiente para que los agujeros entre ellas sean visibles. Es ahí donde se acumula la suciedad, así que presta especial atención a esas zonas.
  • Limpia cada lama con una bayeta, un trapo o un cepillo suave con la mezcla jabonosa. Presta especial atención a las juntas entre las lamas.
  • Enjuaga el trapo y repasa la zona que acabas de limpiar.
  • Ve subiendo la persiana a medida que avanzas en la limpieza, hasta que esté completamente limpia.

No vamos a mentir, la limpieza de persianas es un trabajo tedioso, pero tenemos buenas noticias. No tienes que hacerlo con frecuencia, basta con limpiarlas al menos una vez al año. Es común hacerlo en la limpieza general de primavera o incluso en verano, ya que en esa época no hay tantas lluvias y las persianas permanecen limpias por más tiempo. Si realizas la tarea con regularidad cada año, la acumulación de suciedad será menor y la limpieza será más rápida.