Las temperaturas están subiendo, se acerca el verano y las familias ya están buscando remedios para sobrellevar el calor.

Algunas casas son afortunadas y cuentan con piscina en sus terrazas o jardines. Estas necesitan un mantenimiento diario y semanal, ya que es imprescindible para disfrutar de ella.

Preparar la piscina después del invierno

Si quieres comenzar a utilizar la piscina en breve, tendrás que ponerla a punto. Si has hecho correctamente el invernaje, solo tendrás de prepararla limpiando los filtros, revisando los mecanismos y haciendo el tratamiento del agua.

En el caso contrario, tendrás que vaciar la piscina y limpiar el interior.

Primeros pasos

En primer lugar, retira los insectos, hojas y restos que estén flotando en la superficie y limpia los revestimientos y mecanismos.

Te recomendamos que, si no cuentas con un limpiafondos, compres uno. En este enlace encontrarás los mejores modelos para garantizar que el agua esté cristalina.

Si el nivel de agua ha bajado, deberás limpiar con un cepillo la zona del revestimiento que haya quedado a la vista. Emplea un limpiador específico para bordes para deshacerte de la grasa y suciedad acumulada.

Las juntas de las baldosas también son un foco de hongos y bacterias, no te olvides de ellas.

Limpiar los mecanismos

El siguiente paso es extraer y limpiar a fondo la depuradora, tanto los cestillos como los filtros y las boquillas de impulsión.

Tendrás que retirar toda la suciedad que se haya acumulado y frotar bien con un cepillo suave y jabón neutro.

En el caso de los filtros, si son de arena, invierte el sentido del agua para expulsar todos los residuos. Si es de cartucho, lávalo en un chorro de agua a presión o pon uno nuevo si ya tiene varios años.

Revisar los mecanismos

Saca el aire de la bomba, límpiala y comprueba que no haya fugas. También te recomendamos que hagas un tratamiento antical. Si cuentas con reguladores de cloro, comprueba que funcionan y sustituye los manguitos o tubos por otros nuevos.

Para los skimmers, limpia las cestas y revisa que el agua llega a la mitad o a los tres cuartos de la boca, ya que si no, no recogerá bien la suciedad y se quedará flotando en la piscina.

Preparar el agua

Para empezar, mide el pH del agua. Para que el cloro actúe correctamente, debe estar entre 7,2 y 7,6. Para ello, puedes utilizar tiras reactivas, pastillas o medidores electrónicos.

El cloro debe estar entre 0,5 y 1,5 partes por millón (ppm) para poder utilizar la piscina. Lo ideal es que utilices un cloro que sea alguicida, floculante y antical, tenga conservador de PH y/o efecto estabilizador del pH, abrillantador, bactericida, clarificador y fungicida.

Broche final

Para bañarte tranquilo, comprueba el estado de los demás elementos como la escalera: comprueba los anclajes, que no haya ningún filo cortante y que el antideslizante de los escalones esté bien.