Si hay algo que Mercadona hace bien es manejar los tiempos: la cadena de supermercados controla perfectamente cuándo empieza la temporada de este o aquel producto, y trata con mucha habilidad las fechas en las que entra cada novedad a las estanterías de los supermercados.

Por un lado, está la rapidez para incluir novedades demandadas por los clientes: sin ir más lejos, en lo que va de año el catálogo se ha llenado de productos fitness que responden a la necesidad de llevar una alimentación más sana y cuidar mejor el estilo de vida; pero también se han incluido productos Halal para la población musulmana o libres de ingredientes de origen animal para quienes siguen una dieta vegetariana.

Además de estar ojo avizor a las tendencias, Mercadona también tiene otro punto fuerte: la mejora y desarrollo de los productos que ya son un éxito entre sus clientes. Por ejemplo, este es el caso de la fregona estándar que seguro tiene uno de cada cuatro españoles en casa. Lejos de conformarse y mantener un producto ampliando los márgenes, Mercadona apuesta por la innovación y recientemente ha lanzado un nuevo formato que aumenta la durabilidad y la eficiencia del artículo.

Mercadona apuesta por los productos de temporada

La apuesta de Mercadona por los productos de temporada es una característica que los clientes tienen muy presente: aunque gracias a los avances científicos ahora podemos tener prácticamente cualquier producto en cualquier época del año, los de Juan Roig también tienen presente la estación y los artículos asociados a esta (especialmente en el sector de frutería y pescadería) para ofrecerlos a los consumidores.

En el caso de la pescadería de Mercadona, la dirección aprovecha el momento recomendado para consumir cada variedad para ofrecerlo a los clientes. De esta forma, podemos encontrar boquerones, sardinas, bonito o merluza en verano, mientras que el bacalao solo estará presente en invierno.

El nuevo producto de temporada que causa furor entre los clientes de Mercadona

A nadie se le escapa que el verano, si no ha entrado ya de lleno en España, está asomándose impúdicamente: ya a mitad de marzo podemos encontrar termómetros que superan los 30 grados en distintos puntos del país. Entre las consecuencias de esta anomalía climática están, por un lado, la irrupción de bañistas en las playas y, por otro, el desarrollo prematuro de algunos vegetales.