La subida de las temperaturas nos indican que ya está aquí el verano y que con él llegarán los queridos mosquitos que nos acompañan durante estos meses.

Es imposible entender la época estival sin estos insectos, su zumbido y lo molestas que son sus picaduras. Aun así, hay algunos a los que no tenemos que matar porque no son los que se alimentan de nuestra sangre, sino que tienen otra función.

Típulas, los mosquitos gigantes

Pese a que es conocido como "mosquito gigante", la realidad es que no pertenece a la familia y, en realidad, forma parte de los dípteros, que se caracterizan por tener el cuerpo y las patas alargadas y finas.

Es más, siempre tienen las alas desplegadas, estén o no volando, actividad en la que no destacan especialmente, ya que son mucho menos ágiles que los mosquitos.

Su tamaño ronda los 100 y dos milímetros en el caso de las especies tropicales. Las que habitan en España no suelen medir tanto, pueden llegar a los 60 milímetros. Aunque su apariencia nos haga pensar en mosquitos, las típulas son insectos que no pican.

A diferencia de los mosquitos, las tulipas tienen una esperanza de vida de entre 8 y 12 años. Estos insectos se alimentan de néctar y flores, no pican a las personas y son muy importantes para la polinización, por lo que no deben matarse sino sacarlos al exterior.