La Fiscalía pide penas que suman 38 años de prisión para 21 presuntos miembros de una banda de carteristas que actuaba en Mallorca. Los sospechosos, que fueron detenidos en una gran operación policial en agosto de 2020, están acusados de cometer decenas de robos al descuido en diferentes zonas de Palma, s’Arenal y Calvià. El ministerio público les imputa delitos de grupo criminal, hurto, receptación y estafa y, además de las condenas solicita que se les prohiba vivir en Mallorca durante dos años y medio.

Ayer se celebró una vista previa del juicio en un juzgado de lo penal de Palma, donde las partes no alcanzaron un acuerdo. La magistrada señaló el juicio para principios del año que viene. 

La investigación de la Policía Nacional apuntaba a que la banda llevaba actuando en la isla durante una década y estimó el botín en unos 12 millones. Sin embargo, la causa judicial contra los sospechosos ha quedado acotada a una veintena de robos cometidos entre febrero y julio de 2020 en enclaves turísticos de Palma, como s’Arenal, la plaza de España, los alrededores de Cort y el interior de autobuses de la EMT, así como en zonas de gran afluencia de Calvià y Llucmajor. También se dedicaban, según la Fiscalía, a sustraer prendas de ropa en comercios.

En algunos de estos hurtos al descuido lograron hacerse con hasta 3.000 euros en metálico. También se adueñaron de aparatos electrónicos, joyas y relojes.

El ministerio público sostiene que los acusados formaban «una agrupación que, de manera consensuada y con reparto de tareas y funciones, tenía por finalidad la comisión de múltiples hechos delictivos». La banda fue desmantelada tras una larga investigación de la comisaría de distrito centro y el grupo de Crimen Organizado de la Policía Nacional.