La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a casi cinco años de prisión a un cuidador de una residencia de Inca por abusos sexuales a dos mujeres con discapacidad psíquica. Con una de ellas, además, grabó vídeos pornográficos. La sentencia declara al procesado autor de tres delitos y rebaja las penas por el retraso en el procedimiento judicial, aplicando una atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas. El hombre deberá indemnizar a las víctimas con 8.000 y 2.000 euros respectivamente por los daños morales causados. El fallo no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior.
La sentencia, dictada esta semana y a la que ha tenido acceso Diario de Mallorca, relata que el acusado trabajaba en el año 2018 como cuidador en una residencia para personas con grandes discapacidades de la capital del Raiguer, en la que vivían ocho usuarios. Durante las noches y los fines de semana, solo se quedaba un monitor al cuidado de los ocho residentes.
El procesado aprovechó esta circunstancia para someter a abusos sexuales a dos usuarias, «aprovechándose de sus patologías mentales y de las ascendencia que tenía sobre ellas», según detalla la sentencia de la sección primera. A una de las víctimas, que tenía una discapacidad reconocida del 72 por ciento, la sometió a tocamientos en los genitales y la observó mientras se duchaba.
Además, durante varios meses, mantuvo conversaciones con ella a través de WhatsApp y en una ocasión le pidió que le enviara fotografías en las que apareciera desnuda. La víctima accedió y le remitió varias imágenes. El monitor le decía luego a la mujer que borrase todos los archivos de su terminal y que no le contase nada a nadie.
También considera probado el tribunal que, aprovechando los momentos en los que se quedaba solo con los usuarios, grabó un vídeo con su teléfono móvil en el que manoseaba a la víctima desnuda y le decía frases de contenido sexual.
La otra víctima tenía un grado de discapacidad mental del 65 por ciento. Según sentencia la Audiencia, en octubre de 2018 el procesado entró en plena madrugada en la habitación donde estaba durmiendo la mujer y le tocó los pechos hasta que ella despertó y le dijo que parase.
El hombre negó durante el juicio todos los cargos y aseguró que la primera de las víctimas le enviaba el material pornográfico porque estaba «obsesionado» con él. La sala considera «inverosímil» su versión y detalla que el relato de las mujeres reúne todos los requisitos de credibilidad y está avalado además por otras evidencias y testimonios.
Los magistrados consideran así al hombre autor de dos delitos de abusos sexual a persona con discapacidad y otro de elaboración de material pornográfico. La sala expone que por ellos podrían imponerse penas de hasta 15 años de cárcel, pero aplica una atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas porque la causa ha tardado cinco años en llegar a juicio. Además, en dos de los delitos aplica las penas mínimas previstas.
La Fiscalía reclamaba 20 años de cárcel para el hombre y la defensa pedía la absolución.
