Los vecinos de la finca ubicada a la altura del número 2 de la calle Santiago Álvarez Avellán, en la barriada palmesana de sa Indioteria, se llevaron un buen susto durante la madrugada de ayer, cuando un incendio destruyó dos contenedores y dos vehículos junto a su edificio. «Mi hermano estaba durmiendo con la ventana abierta y se despertó con la habitación llena de humo», comentaba uno de los vecinos. La Policía Nacional abrió una investigación para localizar al responsable del incendio, que según todos los indicios fue intencionado. Es el tercer fuego de contenedores registrado esta semana en Palma.

Según informan fuentes de la Policía Nacional y los Bombers de Palma, el fuego se declaró sobre las tres menos diez de la madrugada de ayer, en una batería de dos contenedores ubicada a la altura del número 2 de la calle Santiago Álvarez Avellán. Las llamas se extendieron a dos vehículos que estaban estacionados al lado, una furgoneta Mercedes Vito y un Renault Clio. El fuego alcanzó grandes proporciones y provocó una gran humareda.

Restos de los contenedores y uno de los coches arrasados en la calle Santiago Álvarez Avellán. X. P.

«Los primeros en llegar fueron policías nacionales, y algunos vecinos intentaron apagar el fuego con cubos de agua, pero era imposible, era demasiado fuerte», explicaba ayer un testigo.

Finalmente dotaciones de los Bombers de Palma lograron sofocar las llamas sobre las tres y media de la madrugada. Los contenedores y los dos vehículos quedaron totalmente arrasados, y la fachada del edificio estaba ennegrecida por el humo, pero no hubo daños personales.

Un policía, frente a los coches incendiados de madrugada. DM

«Nos ha despertado mi hermano», comentaba uno de los jóvenes residentes en la finca. «Él estaba durmiendo con la ventana abierta y todo el humo le ha entrado en la habitación». De inmediato ha alertado a sus familiares, entre las que estaba su abuela, una mujer de avanzada edad. Los vecinos han cerrado las ventanas y ninguno resultó intoxicado, «aunque mi hermano ha tenido que dormir finalmente en el salón porque su habitación seguía oliendo mucho a humo».