La fiscalía mantiene su petición de 20 años de prisión para el cuidador de una residencia para personas con discapacidad de Inca por abusar sexualmente de dos usuarias. El ministerio público, en su informe final, ha sostenido que en el juicio ha quedado "plenamente acreditado" que el sospechoso abusó de las dos mujeres. En su alegato, la fiscal ha afirmado que la versión del acusado, quien alega que una de las chicas estaba "obsesionado" con ella , no se sostiene ni ha sido corroborada por los testigos. La defensa, por su parte, reclama la absolución del hombre.

La fiscal imputa al hombre delitos de abusos sexuales, elaboración de material pornográfico utilizando a personas discapacitadas y exhibicionismo. Según ha defendido ante el tribunal, las declaraciones de las dos víctimas en la vista oral han sido creíbles y coherentes. Además, ha insistido en que en el teléfono y el ordenador del acusado, de 60 años, la Guardia Civil encontró fotografías y vídeos de una de las mujeres en actitud sexual y ha remarcado la "especial gravedad" de los hechos por las severas discapacidades psíquicas que tienen ambas víctimas.

Los hechos, según la acusación, ocurrieron en 2018, cuando el procesado trabajaba como cuidador en una residencia para grandes discapacitados psíquicos de la comarca de Inca, en la que vivían de forma habitual ocho personas. El acusado se quedaba como único cuidador en distintos turnos de tarde, noche y fin de semana. Entre los residentes del centro había dos mujeres, una con una discapacidad intelectual del 72% y otra del 65%.

Según la fiscal, a lo largo de ese año, el cuidador se habría aprovechado de que se quedaba solo con las mujeres. A una la habría sometido a tocamientos y la convenció para realizarle distintas prácticas sexuales. Con la otra mujer se valió de su discapacidad para convencerla de que le enviara fotos y vídeos de contenido sexual y le envió fotos y vídeos desnudo. También le hizo fotos y vídeos a la mujer cuando la ayudaba a ducharse.

La abogada defensora ha afirmado, en cambio, que no hay "prueba ninguna" que avale la tesis de la fiscalía. "Son suposiciones, elucubraciones. Nadie vio ningún tocamiento", ha explicado. Ha sostenido que las declaraciones de las mujeres son "incoherentes" y "contradictorias". Sobre el material hallado en los dispositivos del acusado, ha puesto en duda que en ellos aparezca la víctima y ha asegurado que tampoco hay pruebas de que sea material pornográfico elaborado por el hombre. El caso ha quedado visto para sentencia.